Según ha comunicado la OMS, se mantendrá «un mecanismo técnico estable a largo plazo para organizar una respuesta global», debido a que el Zika aún es «un problema muy importante a largo plazo» por su vínculo con la microcefalia (una malformación congénita en las cabezas de los bebés que provoca un retraso en el desarrollo intelectual). «El Comité de Emergencias considera que el virus Zika y sus consecuencias siguen siendo un desafío de salud pública persistente e importante, que requiere de una acción intensa, pero que ya no representa un emergencia de salud pública tal y como las definen las normas internacionales de salud», agrega el comunicado. La Organización Mundial de la Salud va a crear un grupo de expertos para vigilar y analizar la epidemia y sus efectos de manera constante. Además, mantiene parte de sus recomendaciones a los países más afectados, aquellos que como Brasil y otros países americanos, el mosquito Aedes tiene una gran presencia. Al menos 23 países han anunciado desde 2015 casos de microcefalias y de síndrome de Guillain-Barré (trastorno neurológico autoinmune) vinculados al Zika.
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