Inversores moviéndose de la gestión activa a la pasiva y dinero huyendo de comisiones altas para ir hacia productos ‘low cost’. Dos tendencias que las gestoras deben tener muy en cuenta si quieren mantener vivo un negocio en el que la rentabilidad ofrecida al cliente ya no parece ser el principal motivo para retenerlos. En […]
Dirigentes Digital
| 13 oct 2016
Inversores moviéndose de la gestión activa a la pasiva y dinero huyendo de comisiones altas para ir hacia productos ‘low cost’. Dos tendencias que las gestoras deben tener muy en cuenta si quieren mantener vivo un negocio en el que la rentabilidad ofrecida al cliente ya no parece ser el principal motivo para retenerlos. En un artículo de opinión publicado en Bloomberg, el especialista en ETFs Eric Balchunas lo deja claro: “En los últimos 36 meses, ha existido un trasvase de 1,5 billones de dólares de fondos activos a pasivos, lo que ha dejado la cuota de mercado de los productos pasivos, como los fondos indexados de Vanguard o los ETFs sobre el S&P 500, copando el 30% del total de los activos de los minoristas”. Una cifra que resulta espectacular si se tiene en cuenta que hace solo cinco años, alcanzaba apenas el 20%. La opinión de Balchunas es solo una más entre los cientos de expertos que desde hace años han visto cómo la gestión pasiva ha ido comiendo terreno a la activa a golpe de menores comisiones en los productos comercializados. Y esta es justo la segunda tendencia que está cambiando la industria: por encima de todo, los inversores prefieren los productos low cost. Incluso en el mercado de fondos indexados, se suele apostar más por aquellos más baratos. Aunque eso juegue en contra de la rentabilidad final en muchas ocasiones. Si se analizan los flujos de fondos, hay ejemplos que no lo pueden dejar más claro. Los expertos de Bloomberg señalan por ejemplo el caso del Fidelity Advisor Diversified International Fund. Un producto que registra una rentabilidad anualizada a 3 años del 5%, batiendo el 3% que registra el MSCI EAFE Index, y que, sin embargo, la única recompensa que ha obtenido han sido 7.000 millones de dólares en reembolsos. Es decir, los inversores han preferido productos más baratos frente a una buena rentabilidad que encima bate a su índice de referencia. El problema para los gestores activos es que esta tendencia obliga no solo a reforzar su oferta de gestión pasiva, sino a rebajar también las comisiones de sus productos activos para poder competir entre ellos. Es decir, dentro de la categoría de “activos”, son los más baratos los que también registran mayores suscripciones. Pese a no ser los más rentables. Y lo mismo ocurre en el otro lado de la balanza. Entre los 10 ETFs analizados por Bloomberg con mayores reembolsos tienen una comisión media del 0,45%, mientras que los 10 con mayores suscripciones, la mayoría de Vanguard, la cifra se limita al 0,10%, frente a la media de este tipo de productos del 0,25%.