El verano ha dado un respiro a los mercados financieros, pero tras la calma estival toca enfrentarse a la recta final del año. Tras la vuelta de las vacaciones, tendremos que vigilar con atención los factores macroeconómicos y políticos que podrían provocar un giro en la tendencia positiva que hemos visto recientemente o bien confirmarla. […]
Dirigentes Digital
| 21 sep 2016
El verano ha dado un respiro a los mercados financieros, pero tras la calma estival toca enfrentarse a la recta final del año. Tras la vuelta de las vacaciones, tendremos que vigilar con atención los factores macroeconómicos y políticos que podrían provocar un giro en la tendencia positiva que hemos visto recientemente o bien confirmarla.
El primer punto de interés lo encontramos en el Reino Unido. El temor a que se produjeran fuertes turbulencias en los mercados después del inesperado resultado del referéndum del Brexit no se materializó. La depreciación de la divisa, alguna acción muscular por parte del Banco de Inglaterra y la vaguedad para la salida de la Unión Europea han tenido efectos positivos sobre los activos británicos. Al margen del impacto político, los efectos en Europa continental deberían ser limitados
En la Zona Euro, la recuperación parece estar confirmada, a pesar de algunos shocks que podrían haberla debilitado. Sin embargo, la inversión continúa siendo débil, en un entorno en el que los riesgos políticos seguirán aumentando según se vayan acercando las distintas citas electorales relevantes previstas para los próximos doce meses. Los dos principales problemas que amenazan en este momento a la Zona Euro se encuentran en los bancos, especialmente las entidades italianas, y la falta de reformas estructurales que están empezando a echarse de menos.
En Estados Unidos, el consumo ha sufrido para generar crecimiento, aunque bajo, durante casi un año. El acercamiento a una salida a la crisis en el sector del petróleo y la recuperación de la actividad industrial en el tercer trimestre están diluyendo la posibilidad de que se produzca un vuelco. Sin embargo, un error de comunicación por parte de la Reserva Federal respecto a sus decisiones de política monetaria o la victoria del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales dibujarían un panorama sombrío.
En el terreno de las materias primas, todavía no está descartado que el precio del petróleo vuelva a experimentar caídas. Aunque el precio del crudo parece haber alcanzado un mínimo este año, todavía es difícil defender que el ajuste de la oferta se haya completado, incluso asumiendo un retroceso en la producción de Estados Unidos.
Mientras, China ha conseguido con éxito controlar la desaceleración de su crecimiento, a través de un incremento de la disponibilidad de crédito y de un aumento en el gasto en infraestructuras.
Cualquier exceso de apalancamiento, como estamos viendo ahora, eleva el riesgo de producir un ‘efecto tijera’ incontrolado, que produciría una caída en el crecimiento y al mismo tiempo un aumento en el coste de la deuda. En lo que respecta al gigante asiático, nuestros indicadores de actividad siguen siendo positivos.
En el terreno empresarial, la temporada de resultados ha sido bastante alentadora para las compañías europeas, lo que nos da motivos para mantener la esperanza. Si los estímulos resultan ser más fiscales que monetarios y es posible encontrar una solución para el sector bancario, podríamos ver una magnífica prolongación del verano para los mercados.
Nicolas Chaput, Global CEO & Co-CIO Oddo Meriten AM.