El cuarto trimestre del presente ejercicio ofrece razones para ser optimistas si bien, por otra parte, es preciso extremar las precauciones en China. Por el lado positivo, desde una perspectiva macroeconómica, los inventarios están en niveles mínimos históricos. Las empresas van a tener que reponer existencias. Y esto, por lo general, debe dar un impulso […]
Dirigentes Digital
| 06 oct 2016
El cuarto trimestre del presente ejercicio ofrece razones para ser optimistas si bien, por otra parte, es preciso extremar las precauciones en China. Por el lado positivo, desde una perspectiva macroeconómica, los inventarios están en niveles mínimos históricos. Las empresas van a tener que reponer existencias. Y esto, por lo general, debe dar un impulso importante a la actividad económica. En segundo lugar, las empresas industriales continúan aumentando sus beneficios. El beneficio total acumulado del sector industrial, en agosto, subió un 8,4%. Son 150 puntos básicos por encima del dato de julio.
Las expectativas mejoran y, por consiguiente, también lo seguirá haciendo la inversión de todas estas empresas. Además, el último índice del sector manufacturero chino, publicado por Caixin, volvió a reflejar un moderado optimismo con una lectura de 50,1. Hasta aquí, las señales son buenas e indican que China terminará cumpliendo con su objetivo de crecimiento económico para 2016.
Desde la perspectiva de los riesgos, hay 3 fundamentales. En primer lugar, es posible observar un sobrecalentamiento del sector inmobiliario dentro de las conocidas como ciudades Tier2. El riesgo de regulaciones restrictivas sobre las inversiones inmobiliarias en determinados núcleos urbanos, como Shenzhen o Chongqing, es alto.
En segundo lugar, los ingresos públicos por la inversión en infraestructuras están descendiendo, un 2,3%. Se están restringiendo las partidas de gasto en capital y, con ellas, los ingresos. Esas dos fuerzas bajistas, si bien no son determinantes, es necesario tenerlas en cuenta.
Por último, el escenario internacional todavía plantea algunas incertidumbres. La FED estadounidense, aunque aún no haya tocado los tipos de interés, acabará subiéndolos. Esto provocará una salida de capitales hacia Estados Unidos y tensiones renovadas en mercados como el chino.
Es muy difícil mantener bajo control el precio de los activos, las expectativas inflacionistas o una política monetaria estable con esta incertidumbre. China ha conseguido frenar la salida inicial de capitales, ahora todo parece estabilizado, pero estos factores hay que tenerlos en cuenta. Lo que en el país asiático conocen como "jingjiu – yinshi", u "oro nueve – plata diez", es ver la evolución de las principales variables económicas de septiembre y octubre. Si estos dos meses son buenos, los datos conocidos hasta ahora invitan a ser moderadamente optimistas, y el año finalizará bien.
Conexiones Shanghai-Hong Kong y Hong Kong- Shenzhen
La Bolsa, como siempre, también suele ser un buen indicador del estado de una economía. En China, sin embargo, el mercado es poco profundo y con muchas limitaciones. Pero, pese a todo, el índice general se mantiene en los mismos niveles post-burbuja de 2015.
Si los inversores se fijan en las conexiones bursátiles de Shenzhen y Shanghai con Hong Kong, por ejemplo, también es posible apreciar un apetito renovado para comprar acciones chinas. Los inversores extranjeros ahora están interesándose por títulos chinos del sector financiero, alimentación y bebidas, empresas farmacéuticas y otras industrias cuya valoración general sea buena.
Las transacciones desde Hong Kong son ahora el 2% del total en Shanghai. Y sigue aumentando el interés, desde fuera, por las acciones chinas. La conexión con Shenzhen, sin embargo, es mucho más reciente (data del 16 de Agosto). Se están flexibilizando mucho los límites para invertir, sobre todo desde Shenzhen a Hong Kong, y el inversor chino puede acceder a varios índices del Hang Seng.
Esto, más allá de una cuestión puramente bursátil, tiene que ver con la reforma económica. Es incorrecto ofrecer análisis de las Bolsas chinas equiparándolas a mercados como Estados Unidos. No. Existen aún muchas restricciones. Pero estas conexiones, por un lado, van a equilibrar el diferencial de precios existente actualmente sobre una misma empresa en China continental y Hong Kong. Las restricciones al movimiento de capitales, con estas conexiones, se están terminando. Shanghai y Shenzhen, por tanto, caminan hacia un sistema internacional de precios en sus respectivas bolsas. Se trata de un primer experimento para abrir al mundo las Bolsas de China.