Este mismo verano, el Financial Stability Board (FSB) mandó sus propuestas a las gestoras para una nueva regulación que tiene el objetivo de proteger al inversor frente a posibles riesgos de liquidez en el mercado. En ellas, primero proponían que las gestoras de fondos se sometiesen a pruebas de estrés que verificasen un posible riesgo […]
Dirigentes Digital
| 06 oct 2016
Este mismo verano, el Financial Stability Board (FSB) mandó sus propuestas a las gestoras para una nueva regulación que tiene el objetivo de proteger al inversor frente a posibles riesgos de liquidez en el mercado. En ellas, primero proponían que las gestoras de fondos se sometiesen a pruebas de estrés que verificasen un posible riesgo sistémico de estas entidades. Algo que, recibió el rechazo en bloque de las entidades y sus asociaciones, al considerar que su negocio es distinto al bancario y no se les puede tratar por igual.
La SEC propone ahora que esos test de estrés se realicen a los productos comercializados, algo que muchas entidades han comenzado a hacer ya de forma voluntaria. El objetivo es medir el riesgo de estos productos ante posibles momentos de tensión en el mercado, que podrían generar problemas de liquidez y dificultades para mantener los posibles reembolsos a los inversores, tal y como ocurrió a finales del pasado año con algunos fondos de high yield tras el colapso de un producto de esta categoría de Third Avenue, o con los fondos inmobiliarios en Reino Unido que cerraron sus puertas al no poder hacer frente a las peticiones de reembolsos de los inversores tras el Brexit.
BlackRock ha sido la única gestora en mostrar algo de "complacencia" con las medidas requeridas por los reguladores. En una carta de respuesta a la propuesta del FSB, aseguraba que "reconocemos el mérito en el desarrollo de los principios de las pruebas de estrés a los fondos, ya que puede ser una herramienta útil para que los gestores aseguren mantener la liquidez adecuada" en estos productos.
Sin embargo, otras grandes firmas como Vanguard no han sido tan positivas con la medida, al asegurar que estos test de estrés los deben realizar las gestoras, pero sin la participación y las obligaciones que exigirían los reguladores. "No estamos de acuerdo en que las autoridades exijan pruebas de estrés y proporcionen la orientación sobre el modo en el que estas deben llevarse a cabo", explican. Una postura que también apoya la Securities Industry and Financial Markets Association, la asociación que engloba los intereses de gestoras, banca y sociedades de valores.
Aún así, la SEC se ha pronunciado en numerosas ocasiones sobre las debilidades que muchas entidades muestran en sus prácticas de gestión del riesgo de liquidez, a su juicio, menos rigurosas de lo que deberían.