Poder pagar la vivienda y llegar a final de mes se ha convertido en un una meta casi inalcanzable para los jóvenes menores de 35 años. Según el último estudio elaborado por el portal inmobiliario pisos.com, este colectivo destina el 64,54% de su salario al pago del alquiler, o lo que es lo mismo, 740 euros de media, un 10% más que el año pasado. La recuperación del mercado inmobiliario unida a la «falta de empleo de calidad» y a los bajos salarios son las principales causas de este hecho que afecta, principalmente, a los más jóvenes, por tratarse del segmento de población «más vulnerable», explica a Dirigentes el director de estudios de este portal, Ferran Font. Ante esta situación, compartir piso se ha convertido en el mayor reclamo como vía para la emancipación, ya que el precio medio de una habitación en alquiler en España es de 299,05 euros. Una tendencia que, en opinión de Font, supone un problema continuado en el tiempo y es posible que incluso llegue a cronificarse. «No lo hacen por gusto o como una alternativa, si no que lo hacen como necesidad», agrega. Por sexos, este incremento se acentúa aún más como consecuencia de la brecha salarial. Mientras que los hombres trabajadores menores de 35 años destinan el 57,95% de su salario al pago del alquiler, las mujeres pagan una media de 73,29% del total de su renta, lo que supone un esfuerzo de casi 15 puntos porcentuales más. En el caso de la hipoteca, sigue una senda similar. Este grupo destina de media al pago del préstamo 535,87 euros, casi un 47% del salario que recibe. Una cifra que se acentúa aún más en comunidades como Madrid, Baleares y Cataluña, donde el pago medio es de 783, 705 y 646 euros, respectivamente. Según el último informe elaborado en septiembre por pisos.com, el precio medio del metro cuadrado en España es de 1.557 euros. «La contratación temporal que afecta a este colectivo convierte la concesión de una hipoteca en una meta inalcanzable sin avalistas», comenta el director general, Miguel Ángel Alemany, quién también advierte de la doble vertiente que implica la temporalidad de cara al acceso a una vivienda, ya que limita no solo capacidad de ahorro, si no también la imposibilidad de abonar depósitos de varios meses de alquiler en el momento del arrendamiento. En cualquier caso, se tratan de unas cifras que «sobrepasan con creces» la recomendación oficial de destinar, como máximo, el 35% de los ingresos mensuales a la vivienda.
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