Mientras el mercado parece tener claro que con el nuevo Presidente de Estados Unidos se acelera la nueva etapa post-crisis de la economía, dejando atrás el paradigma de bajo crecimiento, baja inflación y tipos reducidos; lo cierto es que expertos y gestores no lo tienen tanto. Por un lado, confían en estas expectativas y, por […]
Dirigentes Digital
| 23 ene 2017
Mientras el mercado parece tener claro que con el nuevo Presidente de Estados Unidos se acelera la nueva etapa post-crisis de la economía, dejando atrás el paradigma de bajo crecimiento, baja inflación y tipos reducidos; lo cierto es que expertos y gestores no lo tienen tanto. Por un lado, confían en estas expectativas y, por otro, reconocen que todo puede pasar, pues, no sólo el republicano podría decepcionar, sino que el riesgo político en Europa y o la transición económica china tienen potencial para acabar con todas estas elevadas esperanzas… Con todo, lo cierto es que las expectativas de inflación están sesgadas al alza, especialmente en Estados Unidos, y de su mano el ‘camino’ de los tipos de la Reserva Federal (Fed) y de las rentabilidades de la deuda norteamericana. También se esperan precios más altos en Europa y Japón, aunque miren desde lejos y sus bancos centrales sigan acomodaticios. Así, todo apunta a que nos encontramos ante un punto de inflexión para el mercado en lo que respecta tanto a la inflación como a los tipos. Un nuevo contexto en el que la tradicional asignación de activos renta fija y renta variable podría quedarse corta, sobre todo si tenemos en cuenta las elevadas valoraciones alcanzadas por Wall Street y las tensiones que se esperan en la deuda, por mucho que las autoridades monetarias la tengan bajo su control… “Una mayor dispersión, una correlación de activos más típica y una creciente volatilidad” son, para Lyxor Cross Asset Research, tres retos que podrían marcar el paso del inversor en este recién nacido 2017. Más al otro lado del Atlántico, añaden, donde el proceso de transición está más avanzado…. Condiciones, detallan, que “deberían beneficiar a los hedge funds, aunque esto no quiere decir que la situación sea perfecta para ellos, pues el cambio de régimen será gradual y, si decepciona, el peaje que cobrará al mercado y a la economía será alto”. En este contexto, la firma vuelve a ponderar fondos long/short de renta variable estadounidense, “principales beneficiarios de la mejora de las condiciones alfa”. Además, creen que “vale la pena explorar los fondos de pequeña y mediana capitalización”. Esperan asimismo “mejor alfa sectorial que por valores en Japón, donde aún priman los efectos del QE”. Y, en Europa, “la atractiva pero volátil beta nos lleva sobreponderar variable frente a neutral bias”. Por otra parte, estos expertos que creen que una “ruptura de la política monetaria norteamericana fomentará la actividad corporativa”. Así, muestran su interés por fondos de M&A y situaciones especiales de Estados Unidos, “bien posicionados para descontar la reactivación, pero no demasiado expuestos a la beta”. Los mercados de crédito, añaden, puede no ser la primera ficha del dominó de la renta fija en caer, pero “ofrecen un mix de beta y alfa escaso”, por lo que son neutrales en crédito long/short, y favorecen multicrédito para “beneficiarse de las dislocaciones”. Finalmente, creen que los “fondos macro globales se beneficiarán de una mayor diferenciación macro”, aunque se verán impactados por la incertidumbre política. “Para la segunda mitad de años observamos estrategias de volatilidad”, concluyen.