Apenas cinco días (con un fin de semana de por medio) nos separan de la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y casi en cada una de estas jornadas el republicano, de palabra o directamente de acción, ha puesto en marcha la maquinaria para hacer cumplir su proclama de poner a ‘América, […]
Dirigentes Digital
| 25 ene 2017
Apenas cinco días (con un fin de semana de por medio) nos separan de la investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y casi en cada una de estas jornadas el republicano, de palabra o directamente de acción, ha puesto en marcha la maquinaria para hacer cumplir su proclama de poner a ‘América, primero’. Comenzó el domingo anunciando una renegociación de los tratados comerciales con sus ‘vecinos’ México y Canadá, y ha continuado deshaciéndose del acuerdo en el mismo sentido con 12 países asiáticos (el Trans-Pacific Partnership o TPP por sus siglas en inglés), pasando por anuncios de desregulación para las principales industrias manufactureras, advertencias sobre impuestos para aquellas empresas que se lleven fuera su producción, hasta la reactivación de un proyecto de perforación petrolera paralizado por la Administración de Barack Obama. El mercado teme el impacto de este proteccionismo de Trump y de una posible ‘guerra comercial’ en el largo plazo, no sólo para Estados Unidos, principal beneficiario de la globalización, sino también, y más especialmente para el resto del mundo. Sin embargo, sigue prefiriendo quedarse con el ‘vaso medio lleno’ y celebra las mejores expectativas de crecimiento para el principal motor del mundo, confiando que sea capaz de arrastrar consigo a los demás países. Ahora bien, analistas y expertos recuerdan que el mayor gasto fiscal de hoy se hace a costa de más deuda en el futuro, con todas las consecuencias que el excesivo apalancamiento nos ha dejado en el camino. Y, algunos van más allá, al señalar su efecto disparador en un ciclo económico, el estadounidense, de ‘avanzada edad’, lo que incrementa el riesgo de recesión… Como en todo, ganadores y perdedores. Bolsas, valores industriales, manufactureros, financieros y ligados al consumo se encuentran entre los primeros y claros beneficiarios de esta era Trump o el que se ha denominado ‘reflation trade’, que perjudica al mismo tiempo a renta fija, mientras ensombrece las perspectivas de algunos emergentes. Por ejemplo, tal y como indica Cuero Gareth, de Capital Economics, los más perjudicados por la retirada del TPP son Vietnam y Malasia, si bien, su desaparición beneficia a los países que habían quedado excluidos como Filipinas o Corea. Aunque la clave está en que “crea una oportunidad para que China amplíe su influencia en Asia, en un momento en el que se encuentra en negociaciones para firmar un acuerdo regional de libre comercio, el Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP por sus siglas en inglés), que incluye a todo el continente, pero excluye a Estados Unidos”. Si bien, el Peterson Institute analizó el impacto del TPP y de un convenio semejante al RCEP apuntando que éste último impulsaría menos el crecimiento de Vietnam, Malasia y Singapur que el primero. Y, de hecho, concluyó que la ‘pérdida’ que supone la eliminación del TPP no será compensada por la implementación del RCEP.