Barnier niega que Londres pueda retractarse

El negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, ha rechazado este miércoles la posibilidad de que el gobierno británico pueda retractarse del acuerdo alcanzado la pasada semana sobre la primera ronda de negociaciones para la salida británica del club comunitario. El Parlamento Europeo votará este miércoles en su sede de Estrasburgo una resolución que ratificará lo firmado la pasada semana y permitirá que las negociaciones sobre el Brexit avancen a una nueva fase, centrada en alcanzar un acuerdo comercial y otro sobre la coordinación en la lucha antiterrorista Antes del debate de esta resolución, Barnier afirmó ante la Eurocámara que el pacto alcanzado la pasada semana sobre los derechos de los comunitarios en Reino Unido, el estatus de la frontera terrestre con Irlanda y las  compensaciones económicas que debe afrontar Londres se convertirá ahora en un acuerdo legalmente vinculante. «No es posible una vuelta atrás sobre este avance, un avance que ha sido redactado y registrado y que se convertirá ahora en un acuerdo legalmente vinculante para la retirada» de Reino Unido, aseguró el negociador comunitario, que añadió que «existen requisitos previos y condiciones para continuar la negociación de forma más suave». Por otra parte, Michel Barnier ha señalado que la Comisión Europea nunca permitirá concesiones respecto a los derechos de los ciudadanos comunitarios residentes en territorio británico ni sobre la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Esta declaración ha sido contestada por el eurodiputado del partido euroescéptico británico UKIP, Nigel Farage, que tildó de «basura» las afirmaciones de Barnier y criticó a la primera ministra británica, Theresa May, por pactar condiciones con la UE que considera excesivas y negativas para Reino Unido. Los europarlamentarios también votarán este miércoles una declaración que critica las afirmaciones formuladas la pasada semana por el ministro británico para el Brexit, David Davis, que aseguró que el acuerdo firmado la pasada semana con la UE era una declaración de intenciones y no un pacto en firme. Además, los parlamentarios europeos han criticado a Davis por poner en duda que su gobierno tenga que pagar su factura del divorcio con la UE, valorada extraoficialmente en 45.000 millones de euros, si no llega a un acuerdo comercial con Bruselas. Por su parte, el representante del Parlamento Europeo en la negociación del Brexit, el liberal belga Guy Verhofstadt, ha afirmado que la UE respaldará a Irlanda y no permitirá que se convierta en un «daño colateral» de la salida británica del club comunitario. Mientas, en Reino Unido, un grupo de parlamentarios conservadores ha amenazado con retirar su apoyo al gobierno la próxima votación en la Cámara de los Comunes, con la que se intentará mantener la continuidad legal tras la salida del país de la UE en marzo de 2019. Los tories rebeldes y el exfiscal general Dominic Grieve han introducido una enmienda con la que se quiere obligar al gobierno a garantizar que los diputados podrán votar el acuerdo final al que llegue Londres con Bruselas sobre el Brexit en la Cámara de los Comunes. En caso de que May pierda el apoyo de su propio partido, su gobierno se verá obligado a volver a la mesa de negociación con la UE, pero con su posición dañada debido a la falta de apoyos en su propio país. Por ello, según el diario británico The Independent, May no descarta hacer concesiones para evitar que los conservadores díscolos puedan unir fuerzas con la oposición laborista y hacer tambalearse de nuevo su gobierno en minoría.

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