Los miedos vuelven a los principales parqués del mundo. El esquema está cambiando y se nota con la evolución del flujo de dinero. La consecución de máximos históricos en Estados Unidos y el estancamiento de los índices en un rango muy estrecho son el presagio de que la corrección puede llegar más pronto que tarde, […]
Dirigentes Digital
| 06 jun 2017
Los miedos vuelven a los principales parqués del mundo. El esquema está cambiando y se nota con la evolución del flujo de dinero. La consecución de máximos históricos en Estados Unidos y el estancamiento de los índices en un rango muy estrecho son el presagio de que la corrección puede llegar más pronto que tarde, sobre todo viendo la dinámica en lo que va de año. Ahora cualquier factor de riesgo puede servir como excusa para ver nuevas caídas. La cuestión de cuánto más puede durar el rally que tuvo su inicio en marzo de 2009 sigue siendo incierta de responder, aunque falta menos para atisbar el ansiado desenlace para muchos especuladores bajistas. En el corto plazo hay riesgos cada vez más latentes. Riesgos que se agrandan a medida que las revalorizaciones se mantienen en los mercados, dado que las valoraciones se vuelven más elevadas. De esta manera, hay que atender a factores fundamentales que los analistas ven como los catalizadores adversos que pueden bañar de rojo a las principales plazas del mundo. El primer de todos es las tensiones surgidas con Catar. Y es que Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto han decidido suspender los vuelos al país árabe por su apoyo a los Hermanos Musulmanes. Esto impulsó al Barril de crudo Brent por encima del 1,5% y puede desbarajustar el mercado de las materias primas. Sin duda, el impacto en la renta variable sería notorio. Además, las elecciones de Reino Unido están a la vuelta de la esquina y los atentados terroristas están generando movimientos inesperados en los mercados. Se espera la victoria de Theresa May, aunque un triunfo del Partido Laborista arrastraría una serie de medidas fiscales exapnsivas que podría alterar el rendimiento de la libra. Stephen Innes, trader de divisas de Oanda, explica que “estas elecciones pueden ser un deja vu sobre las de 2015 con respecto a la moneda británica”. La libra subió después de que el conservador David Cameron ganara la mayoría en hace dos años, en contraste con las encuestas del momento. Por ahora, la moneda británica está mostrando que está “desensibilizada” ante los últimos ataques terroristas. También otro factor desestabilizador es la testificación de James Comey, ex director del FBI, ante el Comité de Inteligencia del Senado sobre sus conversaciones con el presidente Donald Trump con respecto a la sospecha de interferencia rusa en las elecciones de 2016. El testimonio tan esperado puede impulsar movimientos adicionales en Wall Street y en el dólar. Algo que ya vimos durante el pasado mes de mayo. Los activos se desplomaron en el momento con las informaciones de que Comey había escrito un memorándum alegando que Trump “hizo una solicitud para dejar caer una investigación del FBI con en el ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn”. Asimismo, según los expertos de Natixis tampoco podemos dejar fuera a aquellos riesgos “que suelen salir de la nada”, dado que la mayoría de los que se esperan “terminan siendo benignos”, como en el caso del Brexit o Donald Trump. Por tanto, los inversores, deberían esperar “que los mercados se vuelvan más volátiles”. Sin embargo, eso no debería ser suficiente para cerrar posiciones ahora mismo en la renta variable de los países desarrollados.