Los mercados de bonos se encuentran bajo presión, dado que los bancos centrales han adoptado un tono más severo que nunca. Esto ha provocado un aumento de los rendimientos en la renta fija en las últimas semanas. No obstante, los inversores en bonos estadounidenses “no debe asustarse”, indican los expertos de Nordea. Los fundamentales siguen […]
Dirigentes Digital
| 21 jul 2017
Los mercados de bonos se encuentran bajo presión, dado que los bancos centrales han adoptado un tono más severo que nunca. Esto ha provocado un aumento de los rendimientos en la renta fija en las últimas semanas. No obstante, los inversores en bonos estadounidenses “no debe asustarse”, indican los expertos de Nordea. Los fundamentales siguen propiciando un contexto de tipos bajos. En otras palabras, los bonos americanos tienen “poco margen de caída”. Desde un punto de vista riesgo/rentabilidad, es invertir en la madre de todos los activos. Resultados más interesantes últimamente en vista de las ventas que se han producido recientemente. A raíz de la reciente liquidación de bonos, podría ser necesaria alguna perspectiva. El rendimiento del Treasury ha aumentado del 2,14% al 2,39% en menos de 2 semanas, pero sigue por debajo de los máximos de 2017 (2,62% en marzo). El principal impulsor ha sido las declaraciones de los bancos centrales, con el BCE eliminando parte de su sesgo acomodaticio en su discurso y con la Reserva Federal planteando un plan para una inversión de su estímulo no convencional. A pesar de la inflación baja o descendente en la mayoría de las regiones, “parece que las señales de los bancos centrales han alcanzado una masa crítica, suficiente para hacer que los inversores de bonos se preocupen por un posible apretón de liquidez”. Pero los fundamentos no justifican la caída de la rentabilidad de la renta fija estadounidense en esta etapa, según analiza la gestora. En primer lugar, la subida de la reflación está llegando a su fin, el apoyo a los bonos como una clase de activos. Aunque no se espera que los temores de deflación vuelvan, “la inflación de Estados Unidos se mantendrá relativamente débil y por debajo de los objetivos de los bancos centrales del 2. Un exceso de oferta está debilitando estructuralmente los precios del petróleo, “lo que atenúa la inflación general”. Por otro lado, la inflación subyacente se mantiene baja debido a factores estructurales como el envejecimiento del mercado laboral y los cambios tecnológicos (robots). Estos factores son movimientos lentos, además de poco probables que cambien “en el corto plazo”. Mientras la inflación se mantenga débil, “hay límites fundamentales para cuánto pueden subir los rendimientos de los bonos”. En segundo lugar, estamos a punto de alcanzar un punto de inflexión cíclico. Según los indicadores de Nordea, el crecimiento está a punto de llegar a su punto máximo y probablemente “se desacelerará en los próximos meses, aunque a partir de niveles relativamente altos”. Esto se debe principalmente a los altos niveles como tal, los efectos del ajuste en China y las reformas fiscales de Trump que se han retrasado. A la luz de las elevadas expectativas, por lo tanto, es probable que “veamos algunas decepciones de crecimiento en los próximos meses. Si las primeras señales de este indicador son válidas, “los bonos del Tesoro deberían recuperar terreno respecto a las acciones mundiales”.