El debate sobre el potencial en la economía norteamericana sigue en cuestionamiento. Capital Strategies ha analizado la situación de la economía norteamericana y considera que todavía esa dinámica puede mantenerse en el tiempo. La economía estadounidense comienza a mejorar en otras áreas. Durante más de siete años, la economía ha crecido a un ritmo débil, […]
Dirigentes Digital
| 31 jul 2017
El debate sobre el potencial en la economía norteamericana sigue en cuestionamiento. Capital Strategies ha analizado la situación de la economía norteamericana y considera que todavía esa dinámica puede mantenerse en el tiempo. La economía estadounidense comienza a mejorar en otras áreas. Durante más de siete años, la economía ha crecido a un ritmo débil, impulsada sobre todo por el consumo. Ahora, otras áreas más relacionadas con la empresa y la industria comienzan a contribuir en mayor medida al crecimiento de la economía. El índice de directores de compras (PMI), que mide la actividad manufacturera, alcanzó recientemente los 52,7 puntos, lo que indica expansión económica. Los beneficios empresariales, contenidos en 2015 y 2016, han aumentado más del 13% durante el primer trimestre. Todo ello, unido al fortalecimiento de las ventas minoristas y el crecimiento salarial, “nos lleva a una aceleración del crecimiento en la segunda mitad del año”, apuntan los analistas de la gestora. En el ámbito político, la reducción normativa y la reforma fiscal “podrían favorecer también el crecimiento, si bien los errores que puedan cometerse en materia de política comercial podrían afectar a la economía en su conjunto”. “Empiezo buscando empresas que presenten un sólido crecimiento de sus ingresos. Actualmente, esto lo encontramos en empresas de computación en la nube y de comercio por internet. Las valoraciones de muchas de estas empresas se han ajustado, pero me puede interesar invertir en ellas si conozco bien su modelo de negocio y considero que la solidez”, explica Alan Willson, gestor de la misma firma. El actual ciclo de crecimiento dura ya varios años, lo que plantea interrogantes sobre su continuidad. Desde la Segunda Guerra Mundial, los ciclos de expansión económica en Estados Unidos han durado de media 64 meses, con un crecimiento acumulado del PIB del 24%. La fase actual dura 95 meses, pero el crecimiento acumulado del PIB es del 17%. Ha habido tres ciclos de crecimiento que han durado al menos 90 meses y que han registrado una tasa más elevada. La historia ha demostrado que las recesiones suelen ser el resultado de desequilibrios de la economía, como una inflación elevada, un incremento de los inventarios o una burbuja de los mercados bursátiles o de la vivienda. “La economía no presenta ningún desequilibrio evidente, y el bajo crecimiento parece indicar que aún tardará un tiempo en aparecer”, comentan desde Capital Strategies. No obstante, los cambios políticos inesperados, como los relativos a la política comercial, o ciertos factores externos podrían “desencadenar una recesión”. “Actualmente, todas las áreas de la economía estadounidense parecen estar creciendo. Puede parecer que algunas de ellas se encuentran en la fase final del ciclo, pero muchas otras (como la vivienda y los salarios por hora) no lo están. No encontramos los excesos que suelen verse al final de un ciclo económico. Por eso creo que la recuperación de la economía va a mantenerse durante más años de lo que mucha gente piensa”, analiza Alan Berro, también gestor de Capital Strategies. El crecimiento del crédito se ve favorecido por los sólidos balances de los hogares y unos gastos financieros relativamente bajos. La subida de tipos y la perspectiva de un entorno normativo menos restrictivo “podrían incrementar los márgenes de beneficios de los bancos”. El banco regional PNC Financial Services y los conglomerados JPMorgan Chase y Wells Fargo “son ejemplos de empresas con fuertes divisiones de tarjetas de crédito y banca comercial”.