La reforma fiscal al otro lado del Atlántico sigue trayendo cola y los analistas buscan las repercusiones que pueden tener en los mercados. En este sentido, Richard Turnill, Director Mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock sostiene que “la reforma fiscal estadounidense fomentará el crecimiento, impulsará los tipos de interés y generará ganadores y perdedores […]
Dirigentes Digital
| 23 ene 2018
La reforma fiscal al otro lado del Atlántico sigue trayendo cola y los analistas buscan las repercusiones que pueden tener en los mercados. En este sentido, Richard Turnill, Director Mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock sostiene que “la reforma fiscal estadounidense fomentará el crecimiento, impulsará los tipos de interés y generará ganadores y perdedores tras la rebaja de los tipos impositivos máximos y la eliminación de las lagunas fiscales”. Por tanto, desde su punto de vista, la Ley de recortes y empleos fiscales está “preparada para impulsar una economía estadounidense, que ya se está caminando a plena capacidad”. Una ganancia inesperada por los impuestos más bajos e incentivos para el gasto de capital podría “estimular más el gasto del consumidor y de las empresas y la creación de acuerdos corporativos”. De esta manera, una posible convergencia en las tasas impositivas podría “generar ganadores y perdedores, que se extenderá a todos los sectores y empresas”. En la década posterior a las reformas impositivas de los Estados Unidos de 1986, las compañías que pagaban una parte relativamente alta de sus ingresos en impuestos vieron caer sus tasas impositivas efectivas. Los contribuyentes de impuestos bajos y efectivos vieron un pequeño aumento ya que las reformas nivelaron el campo de juego y cerraron las lagunas. Los impuestos impositivos efectivos comenzaron a divergir nuevamente a fines de la década de 1990, cuando con la globalización, la adopción de sistemas impositivos territoriales y los relativamente altos impuestos impositivos en Estados Unidos alentaron los esquemas de evasión fiscal. Así pues, desde BlackRock creen que algo similar puede suceder hoy en día. El cuartil superior de las empresas estadounidenses actualmente “paga una tasa impositiva efectiva del 34% o más, según nuestro análisis”. Esto deja mucho espacio para el alivio ya que “el impuesto máximo se reduce al 21%”. Las compañías con poca carga de impuestos, por el contrario, “pueden ver que sus tarifas aumentan con el tiempo”.