Índice de Revalorización y Factor Sostenibilidad. Dos términos que en los últimos meses han acaparado gran parte del debate parlamentario con el objetivo de encontrar un remedio que garantice la viabilidad del sistema de pensiones. Bajo ese paraguas, algunos expertos ven en las rentas vitalicias un refugio para el ahorro con el que garantizar un determinado nivel de ingresos llegado el momento del retiro. ¿Sería viable volver a vincular las pensiones con el IPC? Volver a vincular las pensiones con el IPC desestabilizaría financieramente al sistema aún más. Se rompió dicha vinculación, justamente, para que la progresiva pérdida de poder adquisitivo que se da cuando la inflación supera el 0,25% acabe logrando el equilibrio de sus cuentas. Así que, la vuelta al IPC es posible, pero agudizaría el problema de las pensiones. En Suecia (y en otros países avanzados) las pensiones se actualizan con los salarios, pero la tasa de sustitución al nacimiento es inferior al 50%, no superior al 80%, como en España. Ese tipo de ajuste sería posible en España también, haciendo mucho más agresivo el Factor de Sostenibilidad (FS). De hecho, el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) permite que, a medida que el FS vaya causando efectos relevantes (a muy largo plazo, sin embargo) la actualización anual supere el 0,25% incluso ampliamente. El IRP, en definitiva, es una restricción presupuestaria. Una de las principales soluciones que se han planteado para afrontar el problema de las pensiones es retrasar la edad de jubilación. ¿En qué medida aseguraría la viabilidad del sistema retrasarla hasta los 70 años o más? La edad de jubilación es la gran palanca que no nos atrevemos a usar. Comparado con el retraso en su ajuste, el retraso en dos años que introdujo la reforma de 2011 es insignificante. La edad de jubilación no se ha movido de los 65 años desde que se creó el sistema prusiano de Seguridad Social en los años 80 del S. XIX, cuando la esperanza de vida era inferior a los 40 años. Llevarla a los 70 años, o, lo que es lo mismo, retrasar tres años adicionales toda la estructura de edades efectivas de jubilación, ayudaría más que ningún otro ajuste concebible al ajuste de las cuentas de las pensiones. La edad de jubilación debería ajustarse dinámicamente, por ejemplo, mediante una fórmula del tipo “Esperanza de Vida –X”. Pero el avance de la esperanza de vida es tan poderoso que dudo mucho de que llevar hoy mismo la edad de jubilación efectiva media a los 75 años resolviese definitivamente el problema de financiación de las pensiones. Puede leer la entrevista completa correspondiente a la edición en papel del mes de mayo pinchando aquí.
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