Paulson se adentra así en el mundo del private equity después de vivir una mala racha en el mercado de hedge funds, donde hasta ahora era prácticamente imbatible en términos de rentabilidad. Aunque el gestor ya ha llevado a cabo alguna incursión en inversiones ‘distressed’, este nuevo vehículo se centrará en compañías menos líquidas a través de un proceso de coinversión. Según los documentos a los que ha tenido acceso Bloomberg, las inversiones tendrán al menos un compromiso de seis años con las firmas elegidas. Paulson calcula que los inversores podrán duplicar su rentabilidad antes de impuestos durante ese periodo.
El movimiento del gestor se produce en un momento clave, después de que el mercado de deuda distressed se haya desplomado un 30% en los últimos tres meses, según datos de Bank of America Merrill Lynch. Este tipo de deuda es aquella de empresas o países que se encuentran con problemas para cumplir con los términos originales de pago en las condiciones en que dichas deudas se emitieron, y que tienen una alta probabilidad de no cumplir, bien de forma parcial o total.
Para conseguir adeptos a su proyecto, Paulson está ofreciendo condiciones favorables para los posibles inversores, sobre todo para aquellos que apuesten por meterse en el proyecto en sus fases iniciales. El nuevo fondo, que se llamará Paulson Strategic Partners Fund, tendrá tres años para utilizar el capital, pero no cobrará a los inversores hasta que los gestores pongan ese dinero a trabajar.
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