Los débiles datos macro del gigante asiático mantienen preocupados a los inversores por el posible "efecto contagio" de su desaceleración en el resto del planeta. Sin embargo, la firma gala recuerda que los últimos indicadores de Estados Unidos, con un crecimiento del PIB del 3,7% y una tasa de paro en el 5,1%, "pintan un panorama positivo" para el país.
Sí, el vicepresidente de la Reserva Federal (Fed), Stanley Fischer, ha reconocido que no necesitan esperar a que la inflación alcance el 2% para subir los tipos, por ello los economistas del banco aún esperan que el primer repunte se produzca en septiembre y sea de 25 puntos básicos. Pero, si la situación se deteriora, confían en que la autoridad monetaria retrase este movimiento.
Al mismo tiempo, señalan, las cifras son "muy positivas en la Zona Euro", con el desempleo en mínimos de tres años (10,9%) y el PMI muy por encima de los 50 puntos. Y, añaden, el Banco Central Europeo (BCE) también puede ampliar su programa de compras de deuda (QE) "si es necesario".
En lo que respecta a la Bolsa china, estos expertos consideran que se encuentra en su "propia burbuja como la que se formó en 2005-2007, la diferencia con la situación actual es que la economía se está desacelerando". Estiman que su crecimiento será del 6,9% este año y del 6% en 2016. Ahora bien, el contagio "se limitará a los emergentes y las materias primas, altamente dependientes del país".
Por otra parte, mientras los mercados de acciones se han desplomado entre un 5% y un 15% en agosto, los de renta fija apenas han reaccionado (durante la crisis subprime y la de deuda de la Zona Euro la rentabilidad de los bonos de Estados Unidos y de Alemania cayeron con fuerza). Y esto, explican, "pone de manifiesto que la política de QE hace que los refugios habituales como la deuda poco atractivos. Con unos bancos centrales activos en este ámbito, la mejora de la economía y unos bonos que ya no son refugios seguros, creemos que el reciente sell off en los mercados desarrollados es exagerado".
Con todo, recomiendan vigilar de cerca las reservas de divisas de China, un importante riesgo para los treasuries estadounidenses; y las elecciones de Grecia, convocadas para el próximo 20 de septiembre, pues las encuestas no dan una mayoría fuerte para ningún partido. "La ausencia de reformas profundas en la Zona Euro implica un creciente nivel de riesgo y los próximos comicios helenos suponen un reto para la estabilidad de la región", concluyen.
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