El movimiento de consolidación parece lógico tras los recientes máximos. Especialmente en Wall Street, donde los principales indicadores también limitaban las bruscas pérdidas sufridas el miércoles, especialmente ante el desplome del sector tecnológico. De hecho, la principal plaza financiera del mundo vivió ayer una de las peores jornadas del año y hace ya casi un mes entero que este mercado no consigue finalizar dos sesiones consecutivas al alza, la peor estadística desde 1994.
"Los datos de pedidos duraderos sorprendieron de forma desfavorable las nuevas tensiones en Yemen (Arabia Saudí ha liderado ataques aéreos al país) y la continua incertidumbre sobre los tipos pudieron llevar a los inversores a limitar las posiciones. Y a poner en cuestión el momentum alcista, siendo precisamente los sectores con más inercia los que resultaron peor parados", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
La tensión en Yemen ha contribuido a un fuerte repunte en los precios del petróleo. El West Texas ha subido más de un 2% alcanzando los 50 dólares por barril, "ya fuera del rango usual de 45 a 50", destaca Ramón Morell, analista de ETX Capital España. Y aunque el Brent ha caído a 58 dólares al cierre de las Bolsas europeas, ha llegado a tocar los 60 dólares por la mañana.
¿Qué está pasando en Oriente Medio? Arabia Saudí ha iniciado operaciones militares en Yemen para combatir a los militantes Houthi que pretenden derrocar al Gobierno; el presidente Abed Rabbo Mansour Hadi habría huido de Aden ante la cercanía de los rebeldes. La intervención involucra a diez países, incluyendo naciones del Golfo, y cuenta con el apoyo logístico de Estados Unidos, aunque sus fuerzas no participarán en acciones militares.
Con todo, los mercados no pueden olvidarse de Grecia, que confía en cerrar un acuerdo con sus socios la semana que viene, pero a la que el Eurogrupo ha negado los 1.200 millones de euros que había reclamado. Este dinero es parte del importe total correspondiente al fondo previsto para rescatar a las entidades financieras que no había sido utilizado y que el Gobierno heleno tuvo que devolver al EFSF hace aproximadamente un mes. Atenas alegaba que ese importe había sido transferido por error, pero los ministros de Finanzas de la Zona Euro no lo vieron de la misma forma. A los inversores tampoco les ha gustado nada la confirmación por parte del Banco Central de que el valor de los depósitos en la banca helena se hundió en febrero desde los 160.300 millones hasta los 152.400 millones de euros, su cota más baja desde junio de 2005. En los últimos tres meses, se ha producido una retirada de depósitos por valor de 25.000 millones de euros.
En este escenario, y ante la ligera recuperación del euro (cuya debilidad había servido de impulso hasta ahora a las Bolsas del Viejo Continente), los inversores deben volver la vista a los próximos datos macroeconómicos para definir la tendencia del mercado. La primera gran cita llegará mañana viernes, con el PIB del cuarto trimestre /dato final) en EEUU. Desde el Departamento de Análisis de Bankinter esperan que se revise dos décimas al alza desde +2,2% preliminar, "lo que podría ser negativamente interpretado por el mercado al suponer argumentos para la subida de tipos de la Fed", explican los expertos.
El Banco de España eleva la previsión de crecimiento de España hasta el 2,8% en 2015
Afirma el servicio de estudios del Banco de España (BdE), que durante el primer trimestre de 2015, la economía prolongó la trayectoria expansiva del último año. De acuerdo con la información disponible, se estima que el PIB habría crecido en el período de enero?marzo a una tasa intertrimestral del 0,8%, lo que situaría su tasa de variación interanual en el 2,5%.
Esta estimación comporta una ligera aceleración de la actividad respecto al tramo final del año pasado, en un contexto en el que mejoró el entorno exterior y en el que se fortalecieron algunos de los factores que están impulsando el gasto interno en la etapa más reciente. Este es el caso de la mejoría en las condiciones de financiación tras el anuncio y posterior puesta en marcha de la ampliación del programa de activos por parte del BCE, la depreciación del tipo de cambio del euro y la reducción del precio del petróleo.
Con este trasfondo, se ha revisado al alza el crecimiento estimado del PIB para 2015 hasta el 2,8%. Esta revisión de ocho décimas respecto a la proyección publicada en el Informe trimestral de diciembre se explica principalmente por el comportamiento más expansivo de las variables que conforman los supuestos en los que se basa la proyección. También ha influido el comportamiento más favorable del PIB al cierre de 2014 y al inicio de 2015. Para 2016 se espera una continuación de la fase expansiva, con una tasa media anual del 2,7%, una décima inferior a la de 2015, pues se proyecta una cierta atenuación de algunos de los impulsos presentes en la actualidad. Los riesgos de desviación respecto a este escenario central se han tornado ligeramente al alza, aunque las incertidumbres no se han disipado completamente.
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