Quiriguetti considera que estas divergencias seguirán muy presentes en el mercado durante los próximos meses, "por lo que creemos hay que apostar por la construcción de una cesta diversificada de acciones con fundamentos sólidos". A poder ser, eligiendo entre aquellos que han sufrido excesivamente esta discriminación de los últimos meses.
Bajo este escenario, el gestor explica a continuación las 5 ideas de convicción sobre las que construye la base de su estrategia de inversión.
– La renta variable europea y la japonesa ofrecen las mejores oportunidades, con el apoyo de la recuperación de la demanda interna, las políticas monetarias que siguen siendo muy acomodaticias, la débil exposición al sector energético y de las materias primas (Europa y Japón son los grandes beneficiados del hundimiento de sus costes), unas valoraciones más atractivas que en Estados Unidos y una dinámica de ganancias más favorable.
– Permanecemos prácticamente al margen de todos los activos de los mercados emergentes (renta variable, renta fija y divisas). Las valoraciones son, desde luego, interesantes, pero por el momento falta un detonante para revertir la tendencia. Hasta que el endurecimiento de la política monetaria estadounidense no se haya iniciado y/o la situación económica de los BRIC no se haya estabilizado como mínimo, sería como intentar coger un cuchillo en caída libre… Por lo tanto, hay que esperar a ver las cosas más claras antes de lanzarse al agua, ya que es probable que los ajustes, a la baja, no hayan acabado.
– El atractivo de los bonos gubernamentales, o de aquellos que disfrutan de una buena calificación de riesgo crediticio, es ciertamente débil, pero sigue siendo mejor que el del efectivo para las carteras denominadas en euros o francos suizos. No obstante, en lo que se refiere al rendimiento (previsto) ajustado al riesgo, el caso no está tan claro para los bonos gubernamentales con vencimientos superiores a 5 años.
– La renta fija de alto rendimiento o especulativa (High Yield), así como la deuda emergente, han vuelto a niveles interesantes. Sin embargo, todavía podrían sufrir a corto plazo por la falta de visibilidad y todavía más por la falta de liquidez. En otras palabras, hay que ser selectivo, estar preparado para sufrir pérdidas de valoración importantes (ampliación del diferencial entre el precio de venta y el de compra) y, por tanto, tener un horizonte temporal suficientemente largo. Es decir, preferimos dar prioridad a la renta variable, ya que, en nuestra opinión, esta ofrece las mejores oportunidades a 3-6 meses.
– El dólar seguirá estando bien orientado aunque, en lo sucesivo, tras el anuncio del Banco Central de China de dejar que el yuan se deprecie ligeramente, su fortaleza se reflejará menos frente al euro o el yen, pero más frente a otras divisas, como el yuan o el resto de sus vecinos asiáticos.
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