En el caso de que los bancos centrales no aciertan con sus políticas de tipos de interés y si el sentimiento se deteriora, se podría mermar la inversión dentro de la renta fija. Con la Reserva Federal nuevamente en primer plano tras el reciente nombramiento de Jerome Powell como su próximo presidente, continúa la especulación […]
Dirigentes Digital
| 05 ene 2018
En el caso de que los bancos centrales no aciertan con sus políticas de tipos de interés y si el sentimiento se deteriora, se podría mermar la inversión dentro de la renta fija. Con la Reserva Federal nuevamente en primer plano tras el reciente nombramiento de Jerome Powell como su próximo presidente, continúa la especulación en torno al calendario y envergadura de posibles movimientos de los tipos de interés en Estados Unidos. Pese a ello, Han, cogestor del BNY Mellon Euroland Bond Fund, cree que la economía global está bien encarrilada para generar niveles de crecimiento del PIB real moderadamente superiores a la tendencia, lo cual seguramente elevará la inflación con el tiempo. No obstante, la fragilidad de los niveles confianza en el mercado y el potencial subyacente de volatilidad todavía le preocupan. “Prevemos una tendencia al alza de la inflación de cara a los meses venideros, pero también anticipamos algunos obstáculos de la mano de la actividad de los bancos centrales y su evolución”, añade. Frente a tal trasfondo, la duración del BNY Mellon Euroland Bond Fund es 0,8 años inferior a la de su índice de referencia (5,88 años frente a los 6,74 del indicador). Ello refleja la opinión de Han de que el mercado de deuda pública presenta una valoración elevada en el entorno actual: “En parte, la postura de duración corta respecto al índice es una consecuencia de la mayor diversidad geográfica del Fondo, pero creemos que también debería ofrecer cierta protección si la Fed comienza a subir tipos con mayor rapidez de lo esperado”. Opciones flexibles Aunque el BNY Mellon Euroland Bond Fund está expuesto predominantemente a activos europeos, goza de una flexibilidad significativa para invertir fuera de la región. Actualmente, Han se inclina por bonos del bloque del dólar frente a los de países core europeos y del Reino Unido, que le parecen caros. En meses recientes, el Fondo –cuyo índice de referencia es el Bloomberg Barclays Euro Aggregate Bond– ha elevado su exposición a bonos gubernamentales de mayor vencimiento en algunos mercados de la periferia europea. Entre ellos se halla Portugal, cuya deuda se ha beneficiado hace poco de la revisión al alza de su calificación crediticia por Standard & Poor’s (que le ha concedido el grado de inversión), así como España e Italia. El Fondo ha prestado una atención considerable a los mercados emergentes, manifestada en una sobreponderación significativa de la clase de activo respecto al índice. Aunque Han reconoce que algunos de estos países podrían ser vulnerables a nuevas subidas de tipos de interés por parte de la Fed, cree que el universo emergente aún presenta un considerable recorrido alcista a largo plazo. “En nuestra opinión, se están creando oportunidades en mercados donde los riesgos son más idiosincráticos, y actualmente vemos potencial al alza de ciertos países latinoamericanos, como Argentina”, comenta. La exposición del BNY Mellon Euroland Bond Fund a la deuda corporativa sigue siendo conservadora respecto al índice de referencia: la clase de activo representa una cuarta parte de la cartera. Han considera que el segmento con grado de inversión ofrece una valoración menos atractiva hoy en día, con lo que la sobreponderación moderada del crédito se concentra eminentemente en deuda high yield estadounidense: las cotizaciones de este mercado le parecen más razonables, pero aún respaldadas por la mejora de los fundamentales crediticios.