Tras la crisis financiera global la mayoría de las economías desarrolladas llevan algunos años de recuperación económica, con reducción del desempleo. A pesar de ello salarios e inflación no parecen responder a la conocida como “curva de Phillips” por la que la inflación debe subir en periodos de bajo desempleo -y bajar cuando el desempleo es alto-. […]
Dirigentes Digital
| 27 feb 2018
Tras la crisis financiera global la mayoría de las economías desarrolladas llevan algunos años de recuperación económica, con reducción del desempleo. A pesar de ello salarios e inflación no parecen responder a la conocida como “curva de Phillips” por la que la inflación debe subir en periodos de bajo desempleo -y bajar cuando el desempleo es alto-. La descripción más elegante del estado de cosas la ha dado Benoît Coeuré, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, quien en 2017 ha descrito la curva de Phillips en la euro zona como “más plana, no lineal o mal especificada en términos de holgura económica relevante”.
Dos grandes explicaciones
Desde el punto de vista de Frederik Ducrozet, economista de Pictet WM, dos grandes explicaciones existen para esta aparente paradoja. Por un lado, se considera que ello puede ser el resultado de la “globalización, digitalización y cambios tecnológicos”. Por su parte el BCE, reconociendo la importancia de estos factores globales, ha indicado que hay factores internos con influencia significativa. Coeuré considera que los banqueros centrales deben ser pacientes y humildes pues los “cambios tecnológicos y estructurales afectan al mercado de trabajo de maneras que todavía no entendemos completamente”.
De hecho, el BCE ha puesto mucho énfasis en los cambios estructurales en el mercado de trabajo, que muestra histéresis (la posición de equilibrio depende de dónde se haya encontrado en periodos anteriores y los shocks experimentados, en este caso la crisis financiera), incluyendo contratos a tiempo parcial no deseados o baja calidad de los nuevos puestos de trabajo en relación con el empleo existente.
El caso es que, después de años de debate académico, 2018 puede ser el año en que se confirme la curva de Phillips y hay que tener en cuenta que la política monetaria, previsiblemente de ajuste, de los bancos centrales depende de esta relación. Si la reciente reacción del mercado financiero sirve de guía, una sorpresa de alta inflación puede conllevar nuevos picos de volatilidad.
De momento en EEUU hay evidencia de que la curva sigue vigente si se tienen en cuenta los cambios estructurales del mercado de trabajo, envejecimiento de la población, descenso de la tasa de participación laboral y que las personas que se incorporan al mercado de trabajo tienden a ganar menos tras la recesión.
En la euro zona hay que usar una medida amplia de desempleo
Además, en la euro zona hay que usar una medida amplia del desempleo en lugar de la tasa de desempleo estándar para que resulte coherente la previsión del BCE de aumento de salarios e inflación finalmente cerca de su objetivo de 2%. En concreto hay que emplear la serie U6 de Eurostat, que incluye, además del desempleo oficial, las personas que trabajan menos horas de las que quisieran, las disponibles para trabajar que no buscan trabajo y las que buscan trabajo, pero no están disponibles en el momento. Esta medida del desempleo mejora el poder explicativo y predictivo de muchas medidas de inflación básica, es decir sin productos energéticos ni alimenticios sin elaborar.
En este sentido la inflación básica anual del último trimestre de 2017 de solo 0,9% no parece justificada. Por el contrario, el menor desempleo, medido de esta manera amplia -el indicador U6 ha venido bajando desde principios del 2015 hasta el 17,3% el tercer trimestre de 2017-, implica un rebote de la inflación básica anual en la euro zona hasta alrededor de 1,5% en los próximos 12 a18 meses.
De todas formas, respecto a esta predicción hay que tener en cuenta que en la euro zona ha aumentado la tasa de participación laboral -en contraste con EEUU- a costa de una mayor proporción de empleos precarios, incluyendo s tiempo parcial y que los datos U6 sólo existen desde 2005 para toda la zona euro y desde 2008 para los países individuales. Sólo incluye un periodo de recesión, inusualmente severa durante el cual han aumentado los trabajadores marginales, y una sola variación desde mínimos a máximos.
Heterogeneidad de condiciones del mercado laboral en la euro zona
De hecho, el análisis del experto de Pictet WM análisis indica la existencia de otro factor que incluye en la inflación de la euro zona: “hay un importante grado de heterogeneidad en las condiciones del mercado laboral, lo que sugiere que la respuesta media de la inflación a la caída del desempleo oculta grandes diferencias entre países, lo que posiblemente se ve amplificado por las reformas estructurales y la presión de la competitividad”. Parece que la relación entre desempleo e inflación es más pronunciada en Francia e Italia, aunque se haya atenuado en recientes trimestres. Incluso la teoría del ‘alemán cap’ sugiere que “una disminución del desempleo puede resultar en un aumento menor de lo normal del crecimiento de salarios e inflación en países periféricos y en Francia debido a la presión de la competitividad, que se traduce en moderación salarial”.
El caso es que es probable que, además del desempleo, incluso medido en sus términos más amplios, otros factores “están produciendo efectos deflacionarios y que finalmente el BCE deba ser más paciente hasta verle los verdaderos ojos a la inflación en la euro zona”.