En este año se espera que haya crecimiento global: tanto en mercados desarrollados como en emergentes. ¿Esto debería respaldar la revalorización en los mercados? La producción mundial ha crecido a buen ritmo más de un año y la zona euro ha pasado de ser un engranaje débil a ser motor económico. De hecho, nuestros indicadores […]
Dirigentes Digital
| 06 mar 2018
En este año se espera que haya crecimiento global: tanto en mercados desarrollados como en emergentes. ¿Esto debería respaldar la revalorización en los mercados? La producción mundial ha crecido a buen ritmo más de un año y la zona euro ha pasado de ser un engranaje débil a ser motor económico. De hecho, nuestros indicadores de ciclo económico señalan una expansión económica sólida en todo el mundo, en parte debido a un repunte del gasto empresarial. En concreto en 2018 la inversión de capital puede aumentar 5% a nivel mundial, mejorando el 3,3% del 2017. Por primera vez desde 2010 los beneficios empresariales han superado las expectativas. No es previsible a corto plazo que las clases de activos de mayor riesgo puedan caer bruscamente y seguimos sobreponderando renta variable. Los inversores estarán igualmente muy pendientes de los bancos centrales. ¿Cómo pueden afectar las decisiones a las diferentes clases de activos? Nuestros indicadores de liquidez son razonablemente favorables para la renta variable. En concreto, el volumen de inyecciones monetarias de los cinco principales bancos centrales del mundo se ha mantenido en 12% del PIB nominal. Además, los tipos de interés reales apenas se han movido. El caso es que los bancos centrales, pese a la gradual retirada de estímulos monetarios, no muestran premura en cerrar el grifo de la liquidez de golpe –lo que podría provocar una conmoción en los mercados mundiales–. En relación a esto, las divisas pueden verse netamente afectadas. A la hora de construir una cartera, ¿qué sesgo se debe tener más hacia el dólar o más hacia el euro? La mayoría de inversores y economistas estimaron que el dólar en 2017 subiría dado el crecimiento de EEUU, proteccionismo y alza de tipos de interés. Lo que no vieron es que gran parte del resto del mundo estaba también en buena forma, empujando a la baja un dólar sobrevalorado, un 7% en 2017. Actualmente, mantenemos infraponderado el euro, pero hemos decidido aumentar exposición al yen japonés, pues los datos técnicos indican que los inversores tienen una percepción demasiado pesimista de la divisa. Muchos expertos señalan que en este año (2018) la renta fija no va a dar oportunidades rentables a menos que se asuma un riesgo demasiado grande. ¿Cree que hay que dejar al margen la renta fija? La amenaza de inflación explica en parte por qué mantenemos infraponderada la renta fija. El otro factor principal es que las rentabilidades a vencimiento, sobre todo en deuda empresarial, parecen bajas en comparación con la tasa de crecimiento económico. Aunque crecimiento económico y aumento de tipos de interés son condiciones para que aumente la rentabilidad a vencimiento, se ha visto que no es suficiente: el índice JPMorgan de deuda soberana global acabó 2017 en 1,4%, casi como al principio del año. Sin aumento de precios y salarios los bonos variarán poco, sobre todo teniendo en cuenta que la regulación más estricta en pensiones y el envejecimiento los inversores, lo que ha aumentado la demanda de renta fija. Estamos precavidos en deuda empresarial de mercados desarrollados. La deuda de alta rentabilidad europea es particularmente vulnerable a una corrección ya que, por primera vez, rinde menos que el 3,3% de la renta variable europea, señal de valoraciones altas. Otro tema que hay que tener muy presente es la volatilidad, bastante ausente en el segundo semestre del 2017. ¿Volverá en 2018? De ser así…¿Lo ve como un factor positivo para tomar nuevas posiciones? La renta variable global lleva doce meses consecutivos de subida, mientras la volatilidad del índice S&P 500 ha llegado a un mínimo récord de 3,5% durante el año. Aunque preocupa la baja volatilidad de momento hay respaldo por beneficios empresariales. Ahora bien, los sondeos entre inversores institucionales indican que la asignación a renta variable se aproxima a máximo histórico, lo que puede limitar el alcance de más revalorización bursátil. Para leer la entrevista completa suscríbase a la revista Dirigentes online