La administración efectiva de datos es clave para la reducción de costes y la eficiencia operacional a través de una mayor automatización. A menudo se dice que la regulación y la tecnología son los principales impulsores del cambio en el sector bancario, pero este cambio requiere un replanteamiento de los modelos comerciales y las estructuras […]
Dirigentes Digital
| 24 abr 2018
La administración efectiva de datos es clave para la reducción de costes y la eficiencia operacional a través de una mayor automatización. A menudo se dice que la regulación y la tecnología son los principales impulsores del cambio en el sector bancario, pero este cambio requiere un replanteamiento de los modelos comerciales y las estructuras operativas de los bancos, colocando los datos en el centro de su negocio, explica Chris Truce, responsable de Fintech de Saxo Bank. “Hoy en día, muchas de nuestras interacciones económicas se llevan a cabo a través de medios digitales, generando más datos y en más lugares que nunca, lo que representa un cambio en la forma en que se crea, intercambia y registra el valor financiero. Este cambio exige modelos de negocio bancarios orientados a los datos”, asegura. Para el responsable de Fintech de Saxo Bank, “estamos viendo surgir un modelo de interacción económica mediante el cual los gobiernos supervisan un marco que permite a los actores económicos elegir cómo se transfiere el valor, aprovechando innovaciones tecnológicas como API (interfaz de programación de aplicaciones) y blockchain”. En esta nueva economía digital, los bancos tienen acceso a más datos, pero a una imagen menos completa de las actividades y necesidades del cliente. A partir de ahora, el impacto de la digitalización será mucho más evidente en la banca, con tres megatendencias que marcarán el camino de las necesidades futuras de los clientes y los cambios que los bancos deben asumir para seguir siendo actores relevantes: La primera megatendencia que continuará impulsando el cambio en los modelos comerciales bancarios es la rápida digitalización de servicios que ha transformado varias industrias en la última década. Estos servicios aprovechan la innovación tecnológica para proporcionar mayor velocidad, opciones y simplicidad a los usuarios, con implicaciones para el rol tradicional de los bancos en la cadena de valor financiera. A medida que se brindan más servicios a consumidores y empresas digitalmente, se genera una gama más diversa de flujos de datos, mientras que los servicios bancarios se integran cada vez más en el back-end de propuestas de valor de terceros, lo que significa que los bancos corren el riesgo de perder el control, visibilidad y relaciones. La segunda megatendencia se basa en el apoyo regulatorio a la banca abierta. Con la entrada en vigor de PSD2, los reguladores han fomentado la competencia de fintechs, debilitando principalmente el control tradicional de los bancos sobre la información de cuentas y transacciones, mientras benefician -explícita o implícitamente- a nuevos participantes en campos tales como administración de patrimonio y préstamos. “Al desatar nuevas formas de competencia y descentralizar los datos, el nuevo marco empodera a las empresas que pueden usarlo para ofrecer valor al consumidor, lo que obliga a los bancos a adaptarse operacional y estratégicamente. La nueva regulación europea en los servicios de pago PSD2 le da a los clientes el control sobre qué proveedores de servicios pueden manipular sus datos bancarios, y es solo un ejemplo de los cambios de poder en el nuevo modelo de datos de valor financiero”, apunta Chris Truce. La tercera megatendencia está impulsada por el aumento del volumen, la diversidad y la movilidad de los flujos de datos en la economía digital, pero también está respaldada por reformas regulatorias que reflejan la importancia de los datos y la identidad digital en el intercambio de información de valor financiero. El Reglamento General de Protección de Datos de la UE (GDPR), por ejemplo, no solo rige cómo las empresas almacenan y utilizan los datos recopilados de las interacciones de los consumidores, sino que también ofrece oportunidades para que los consumidores moneticen sus activos digitales mediante sus nuevos derechos para conceder o negar el acceso a su historial de datos. Durante décadas, los bancos han tenido acceso privilegiado a los datos de los clientes, pero sus estructuras en silos a menudo han frustrado los esfuerzos para crear una visión conjunta del cliente y sus necesidades futuras. “Aunque la digitalización de servicios ha hecho de los datos un tesoro, los bancos están mal estructurados para maximizar esta oportunidad. Pocos tienen los procesos o la infraestructura para capturar, almacenar y analizar datos de transacciones de manera efectiva. Esto hace que exista un riesgo real de reducción de márgenes a medida que el valor agregado de los bancos se vuelve menos claro para el usuario final”, señala el responsable de Fintech de Saxo Bank. Existe una alternativa para los bancos con la determinación y la visión de cambiar: las plataformas capaces de combinar recursos y relaciones en una propuesta de valor flexible que aprovecha los datos para implementar el desarrollo futuro del servicio. Al consolidar los datos de las personas con la información de las transacciones, los bancos pueden aportar información real y valor. Desde hace tiempo, los bancos saben que la administración efectiva de datos es clave para la reducción de costos y la eficiencia operacional a través de una mayor automatización, así como una defensa eficaz contra la ciberseguridad y otras amenazas de delitos financieros. “Pero, para ello, los bancos no solo deben volver a evaluar sus capacidades de administración, agregación y análisis de datos, sino también desarrollar nuevas relaciones y adoptar propuestas de valor que combinen innovaciones como blockchain, cloud computing e inteligencia artificial”, subraya Truce. 2008 no fue solo el año de la crisis financiera, sino que también marcó el comienzo de la era de la transformación digital que está cambiando nuestras vidas a nivel económico y social, y ahora coloca los datos en el centro de los nuevos modelos de negocios.