La idea de vivir un siglo solía pertenecer exclusivamente al ámbito de la ciencia ficción. Ya no: para las personas ricas del mundo, una vida de cien años de duración ha dejado de ser una mera posibilidad para convertirse en una expectativa. En esta primera edición global de UBS Investor Watch y con la mayor […]
Dirigentes Digital
| 30 abr 2018
La idea de vivir un siglo solía pertenecer exclusivamente al ámbito de la ciencia ficción. Ya no: para las personas ricas del mundo, una vida de cien años de duración ha dejado de ser una mera posibilidad para convertirse en una expectativa. En esta primera edición global de UBS Investor Watch y con la mayor encuesta a los inversores de mayor patrimonio del mundo, la gestora analiza la relación entre el patrimonio, la salud y la longevidad. Más de 5 000 inversores de Alemania, Hong Kong, Italia, México, Singapur, Suiza, Taiwán, Estados Unidos, el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos compartieron sus impresiones con nosotros. Descubrimos que más de la mitad de los inversores con alto nivel patrimonial esperan vivir 100 años. Sin embargo, esta expectativa varía notablemente de un país a otro. Por ejemplo, tres cuartos de los participantes de la encuesta en Alemania confían en llegar a cumplir 100 años de edad, mientras que menos de un tercio de los inversores estadounidenses creen que vivirán tanto. Más allá de cuánto esperan vivir los inversores, nueve de cada 10 creen que la salud tiene una importancia primordial. De hecho, consideran que su salud es más importante que su patrimonio. No obstante, los inversores reconocen una conexión fundamental entre ambas. Casi todos afirman que su patrimonio les permite llevar una vida más sana. La posibilidad de vivir 100 años genera ansiedad financiera A pesar de su nivel patrimonial, lo que preocupa a los inversores es poder afrontar financieramente una vida de cien años de duración. Los costos de salud encabezan la lista de inquietudes: el 52% de los inversores se preocupan por los crecientes gastos médicos. Esta preocupación varía sustancialmente de un paí otro. Los inversores en Estados Unidos son los más preocupados, mientras que los de Alemania son los que menos se inquietan por este tema. Luego del cuidado de la salud, los inversores de mayor nivel patrimonial se preocupan por contar con un menor patrimonio para dejar a sus sucesores y por tener que trabajar más tiempo para manteneel estilo de vida que desean. La salud vale más que el patrimonio Tener buena salud constituye la principal prioridad –y preocupación– de los inversores con alto nivel patrimonial. De hecho, el 90% dicen que invertir en su salud resulta más importante que acrecentar su patrimonio. Los inversores creen que su patrimonio es una razón fundamental de su bienestar. Un 92% declaran que su salud les permite llevar una vida más saludable. No solo gastan en consultas médicas y primas de seguros, ya que los servicios preventivos también son populares. Los inversores gastan sumas importantes en gimnasios, entrenadores, suplementos y otros gastos relacionados con su «estilo de vida». Los integrantes de la generación del milenio –conocidos como ‘millennials’– tienden a gastar más en estos servicios que otras generaciones. Los inversores sacrificarían parte de su patrimonio para vivir diez años más Los inversores de mayor patrimonio son los que más gastan en cuidar su salud. Los gastos anuales de atención de la salud en el caso de inversores con más de USD 10 millones de patrimonio cuadruplican lo que gastan a tal fin los inversores de menor nivel patrimonial. Los inversores también están dispuestos a sacrificar parte de su patrimonio por la salud. De hecho, llegarían a desprenderse de casi la mitad de su patrimonio para disfrutar de años más de vida sana. Esta cifra disminuye con el nivel de patromonio: los inversores en el segmento USD1M – 2M sacrificarían solo alrededor de un tercio de su patrimonio por una década de vida saludable.