Los rendimientos de los bonos del Treasury de Estados Unidos (bonos a 10 años) han tocado la cota psicológica del 3%, que se alcanzó por última vez durante el punto álgido del famoso taper tantrum. Los rendimientos han tendido al alza durante las últimas semanas al calor de la revalorización del petróleo, cuyo relato ha comenzado […]
Dirigentes Digital
| 08 may 2018
Los rendimientos de los bonos del Treasury de Estados Unidos (bonos a 10 años) han tocado la cota psicológica del 3%, que se alcanzó por última vez durante el punto álgido del famoso taper tantrum. Los rendimientos han tendido al alza durante las últimas semanas al calor de la revalorización del petróleo, cuyo relato ha comenzado a cambiar.
En este sentido, Eugene Philalithis, gestor del Fidelity Global Multi Asset Income Fund, explica que ahora, la industria del esquisto estadounidense “comienza a sufrir limitaciones de capacidad y algunos dudan de que pueda cubrir el crecimiento de la demanda”. Si el petróleo se mantiene en 70 dólares por barril, entonces, señala, “podríamos ver cómo la inflación general supera los objetivos de los bancos centrales en los mercados desarrollados, llegando incluso a niveles próximos al objetivo en la zona euro”.
Sin embargo, la demanda de petróleo también es más sensible a los precios hoy día y los mercados emergentes acaparan una proporción mayor del consumo y su crecimiento.
Con unos rendimientos en el 3%, el experto considera que los bonos del Tesoro de Estados Unidos “son atractivos para los inversores, que deberían estar estudiando cómo diseñar exposiciones defensivas para proteger sus carteras”.
Es más, señala que en el 3%, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años están “descontando nuevas subidas de tipos de la Reserva Federal y también un poco de prima de inflación”. Existe la posibilidad de que las curvas de rendimientos se eleven y/o registren fuertes ventas a partir de ahora; en este sentido, el extremo largo sufriría más, ya que “no hay prima adicional para los bonos con vencimientos más largos”.
Así pues, Philalithis concreta que lo que la curva de rendimientos parece estar diciendo es que “el mercado no cree que el crecimiento vaya a ser más fuerte y la inflación pueda normalizarse”.
Si la inflación sube impulsada por los precios de las materias primas el efecto podría ser pasajero, ya que no es probable que sea beneficioso para el consumidor a medio plazo. Por lo tanto, puede resultar provechoso “añadir duración a las carteras multiactivos en puntos de entrada como estos a partir de ahora”.