Diez millones de personas habitan la ciudad de Yakarta, en Indonesia, que además es capital de aquel país. Su localización, al otro lado del mundo, bañada por el mar de Java y entre numerosos ríos parece amenazar su supervivencia a largo plazo aunque, visto con perspectiva, 2050 no parece un horizonte tan lejano. Según los […]
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| 20 ago 2018
Diez millones de personas habitan la ciudad de Yakarta, en Indonesia, que además es capital de aquel país. Su localización, al otro lado del mundo, bañada por el mar de Java y entre numerosos ríos parece amenazar su supervivencia a largo plazo aunque, visto con perspectiva, 2050 no parece un horizonte tan lejano. Según los expertos, es la ciudad que se hunde a mayor velocidad del mundo y es que para mitad de siglo podría hallarse totalmente sumergida.
Según un reportaje publicado por BBC y recogido por la página oficial del Foro Económico Mundial (WEF), la causa principal de que la ciudad se hunda es la extracción de agua del subsuelo. El agua que suministran las autoridades locales no cuenta con la suficiente calidad para los habitantes, por lo que optan por extraer agua del subsuelo, razón por la que el suelo llega a ceder 25 centímetros al año en algunos puntos de la urbe.
“Todo el mundo tiene derecho, desde residentes hasta industrias, a utilizar el agua subterránea mientras este uso sea regulado”, alega Heri Andreas. Esa es una de las cuestiones que podrían servir para frenar el ritmo actual al que se hunde Yakarta. Existe una regulación frágil ante el problema, además de que el agua potable llega tan solo a un 40% de la población de la ciudad.
Durante el pasado mes de mayo, las autoridades de la ciudad realizaron inspecciones en 80 edificios en la zona de Jalan Thamrin, en el centro, una avenida flanqueada por rascacielos, centros comerciales y hoteles. Encontraron que 56 edificios tenían su propia bomba de agua y que 33 la extraían ilegalmente.
“Si observamos nuestros modelos, para 2050 un 95% de Yakarta Norte quedará sumergida”, dice Heri Andreas, que analiza el hundimiento de la capital indonesia durante 20 años en el Instituto de Tecnología de Bandung. A medida que los niveles de agua subterránea disminuyen, el suelo del mercado por el que caminan las personas se va hundiendo y desplazando, creándose una superficie dispareja e inestable, explican en el reportaje.