Concluida la cumbre del G20, en el Senado argentino hubo un seminario internacional del que participaron especialistas sobre el futuro del trabajo, los salarios, la renta básica universal y modelos de desarrollo. Durante el evento, sin relación con el foro de líderes mundiales la directora nacional de estudios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación […]
InternacionalDirigentes Digital
| 14 dic 2018
Concluida la cumbre del G20, en el Senado argentino hubo un seminario internacional del que participaron especialistas sobre el futuro del trabajo, los salarios, la renta básica universal y modelos de desarrollo. Durante el evento, sin relación con el foro de líderes mundiales la directora nacional de estudios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Adriana Sánchez Rico, disertó sobre el futuro de la tecnología y el diseño de soluciones locales frente a los desafíos globales. DIRIGENTES mantuvo el siguiente diálogo con la investigadora.
– ¿Cuál es su reflexión sobre los consensos del G20 para promover tecnologías digitales como herramientas de transformación social?
– Actualmente, el ciudadano está pensando desde su ayuntamiento en cómo vivir mejor, cómo alimentarse mejor y estar sano, pero a la vez cómo los cambios en el mundo, que están a un clic de distancia, le afectan en su vida cotidiana a través de los móviles, las redes y las aplicaciones. Así, la ciencia y la tecnología son una herramienta muy práctica para investigar y desarrollar soluciones en todos los niveles. Para ello nos tenemos que formar y el reto de la nueva educación es formar profesionales críticos que vean en la ciencia y la tecnología una forma de solucionar sus problemas locales con esa mirada global.
-¿Cuál es el principal lastre que identifica en Argentina para atraer inversiones aplicadas en innovación tecnológica?
-Hay sectores que son muy comerciales y de mercado en los que la inversión en desarrollo tecnológico es relativamente rápido, como telecomunicaciones, finanzas, sector automotriz e industrias 4.0 en las que se sabe que la inversión tendrá un retorno a corto plazo. Pero hay otras áreas donde no se va a ver el rédito económico y es allí donde debe actuar el Estado, como en el tratamiento de residuos sólidos, la pobreza, la inclusión social, la vivienda, el planeamiento urbano, temas que comercialmente no son atractivos. Es decir, cuando hablemos de conectividad no solamente hablemos de quienes tienen recursos sino también de aquellos que no tienen un ordenador.
-¿Cuál ha sido la experiencia más destacada, en su actuación en el ministerio, en el diseño de soluciones para agregar valor a la sociedad?
– Nuestra tarea en el ministerio es apoyar a los ciudadanos para que desarrollen soluciones locales, no imponer fórmulas de otros lugares que no tienen relación con sus realidades. Encontramos en la ciudad de Río Cuarto, en Córdoba, por ejemplo, una fundación que implementó un programa de prospectiva para proyectar cómo se ven ellos mismos en los próximos cinco y quince años. Apuntan a que esa ciudad y la región sean, en 2030, una metrópolis planificada a partir de políticas públicas consensuadas y monitoreadas por la sociedad civil. Es una iniciativa privada que ha construido un lugar en el que se piensa y se diseña el futuro.