La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) mostraba, en abril de 2016, que la venta de departamentos había caído un 44,5% y la de casas un 32% al concluir el primer trimestre del año. La entidad interpretó que ello era resultado de que en el año anterior (2015) se había concretado un alto número de compras de vivienda. Los adquirentes así lo habrían hecho “para no tener que pagar el IVA a la vivienda que se sumó con la reforma tributaria, por lo que la disminución de las ventas (en 2016) era un fenómeno esperable”, dijo Marcela Ruiz-Tagle, subgerente de Estudios de esa cámara. La reforma a la que Tagle se refiere es la ley 20.780, que actualiza la tributación a las ventas de inmuebles por parte de personas naturales en un nuevo cuadro de tributos cuya implementación gradual concluirá en 2018 y que en 2016 ya significó un aumento del IVA. Baja de precios Los precios de la oferta comenzaron a caer y arrastraron también a los arriendos, segmento en el que se registró, en julio, una reducción del 2%. Los analistas indicaban entonces que el descenso continuaría debido a una reducción en el financiamiento por parte de los bancos y a una disminución en la oferta. En el inicio de 2017, las proyecciones apuntan que los precios continuarán bajando mientras que la oferta se mantendrá estable y la demanda caerá fuertemente. Así, al menos, consta en el reporte “Situación Inmobiliaria 2016-2017” del BBVA Research, que reafirma su visión de “la necesidad de un ajuste adicional en los precios”. “Los precios de viviendas y oficinas han retrocedido de manera heterogénea a nivel nacional. A pesar de este retroceso, estimamos un desalineamiento en torno a 15% entre precio y sus determinantes”, puntualiza el análisis. Fin de obras El sector inmobiliario atrae el 17% de la inversión prevista hasta 2020 (10.492 millones de dólares). El 70% de esas inversiones (7300 millones de dólares) se concentra en la región metropolitana de Santiago, en proyectos residenciales. El 90% de ese volumen ya está en ejecución. El BBVA coincide con la CChC en que la causa de la baja de venta de unidades en 2016 respondió al ajuste del IVA y considera que la caída en los proyectos presentados para evaluación ambiental preanuncia aún “un bajo dinamismo”. Finalmente, se amplía la brecha del precio real de viviendas respecto de sus determinantes (crecimiento, empleo y tasas de interés), con lo que “cerrar esta brecha requiere que los precios retrocedan o que los fundamentales mejoren”, concluye el análisis.
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