La industria y los bancos alemanes han cometido muchos errores en los últimos años, pero es más fácil culpar a la política en lugar de hacer autocrítica. Sobre todo si el gobierno está en una posición muy débil como sucede ahora, después de los malos resultados en las elecciones europeas. La SPD, aliado de Merkel […]
InternacionalDirigentes Digital
| 06 jun 2019
La industria y los bancos alemanes han cometido muchos errores en los últimos años, pero es más fácil culpar a la política en lugar de hacer autocrítica. Sobre todo si el gobierno está en una posición muy débil como sucede ahora, después de los malos resultados en las elecciones europeas. La SPD, aliado de Merkel en la gran coalición (GroKo), ya sufre una crisis existencial después de la salida de su presidenta Andrea Nahles.
Hace unos días la canciller fue criticada en un encuentro con el lobby industrial alemán BDI (Bundesverband der Deutschen Industrie) por no haber reaccionado a tiempo a muchos problemas, como la guerra comercial contra Donald Trump o impulsar la digitalización. Angela Merkel, que no quiere asumir grandes errores en materia económica o financiera, por su parte criticó en este encuentro indirectamente a la Comisión Europea por frenar la fusión de Siemens con su competidor francés Alstom y la de ThyssenKrupp Steel con la indio Tata Steel. La alemana exigió una reforma de la política antimonopolista en Europa.
Ya no hay ilusión ni energía en la Gran Coalición
Es un hecho que hay muchas luces de alarma encendidas en la economía alemana. Las acciones de Deutsche Bank, por ejemplo, han perdido un 75% en 5 años. Como algunos bancos y empresas ya no saben cómo salir de la situación, piden a Merkel que se vaya como si esto fuera a cambiar en algo en sus propias cuentas de resultados. En Alemania se ha establecido una situación sin salida con Angela Merkel. Ella está intentando en las últimas semanas recoger los pedazos rotos, pero es demasiado tarde, según la opinión de muchos economistas. “Actualmente no es fácil predecir cómo se desarrollarán las cosas en Alemania”, reconoce Wilhelm Hofmeister, jefe de la Fundación Konrad-Adenauer en Alemania, cercana al CDU de Merkel.
Al igual que los matrimonios de muchos años, la segunda edición de la GroKo ha sido solamente una vía de escape para encontrar estabilidad, porque el “amor” entre las dos fuerzas ya se había agotado. Esto se ve también en los malos resultados de los partidos a todos los niveles. Hace unos meses el ex canciller Gerhard Schröder (SPD) decía en una entrevista que cree que va a ver elecciones anticipadas “lo más tarde en el verano de 2019”.
¿Qué pasa con Kramp-Karrenbauer?
En Alemania ahora se junta todo. El ministro de Economía, el áspero Peter Altmaier, reconoce indirectamente su propio fracaso: “Hemos sido mejor en gastar que en invertir”. Y la sucesora de Merkel en la presidencia de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) pierde encanto. Anunciaba muchos cambios en 2018, pero últimamente su voz se escucha poco. De hecho, Merkel todavía asume toda la responsabilidad a todos los niveles – como siempre. Según algunas encuestas, Kramp-Karrenbauer no será la candidata para las elecciones previstas en 2021 y quizás tampoco si hay generales anticipadas.
Puede que vuelva el liberal Friedrich Merz, que había perdido contra AKK para presidir el CDU. Merz es más popular entre los empresarios y también en los mercados financieros. Ante el caos actual en el gobierno Kramp-Karrenbauer dijo hace poco que “la CDU está preparada para cualquier cosa”. Esto incluye la posibilidad de nuevas elecciones, cree Hofmeister.
Sin embargo, la nueva estrella política en Alemania es el jefe de los Verdes: Robert Habeck. El escritor y político ha refrescado una escena política ya demasiado artificial, autocomplaciente y sin nuevas ideas. Habeck está presente en las redes sociales y en muchos debates de televisión, viste con estilo deportivo y dentro del círculo político de Berlín llega al público como una persona muy auténtica. “El SPD debe, en primer lugar, aclarar sus preguntas internas. Hay serias controversias sobre algunos temas que no son fáciles de superar. Esto se demuestra con el ejemplo del tema de la introducción de una renta básica”, dice Hofmeister.
Dado que el SPD ahora no tiene negociadores definidos, Hofmeister cree que la coalición puede fallar prematuramente en este y otros temas: “Sin embargo, una ruptura de la coalición no conduce automáticamente a elecciones anticipadas. En Alemania hay grandes obstáculos contra la disolución del Bundestag y la convocatoria de nuevas elecciones. La canciller tendrá que pedir el voto de confianza. Además, el presidente Federal y probablemente también el Tribunal Constitucional Federal tendrán que aceptar esta convocatoria”.