El decepcionante crecimiento económico en India, del 5%, ha hecho saltar todas las alarmas. China, por su parte, está cumpliendo con la previsión del 6-6,5% para 2019. Sin embargo, la guerra comercial de China con EE.UU. continúa siendo un riesgo para las economías asiáticas. Y, el otro, la fortaleza del dólar. “Los aranceles estadounidenses a […]
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| 09 sep 2019
El decepcionante crecimiento económico en India, del 5%, ha hecho saltar todas las alarmas. China, por su parte, está cumpliendo con la previsión del 6-6,5% para 2019. Sin embargo, la guerra comercial de China con EE.UU. continúa siendo un riesgo para las economías asiáticas. Y, el otro, la fortaleza del dólar.
“Los aranceles estadounidenses a China están distorsionando las cadenas globales de valor”, señala Wang Tao, del Banco UBS, a DIRIGENTES. Corea del Sur, sin ir más lejos, acumula un recorte cercano al 10% en sus exportaciones hacia China. Japón, o Taiwán, también han visto reducir sus ventas a China un 5% durante la primera mitad de este año 2019. “Si es más difícil exportar hacia EE.UU., la importación china de bienes intermedios desde todos esos países se resiente”, afirma Wang. Los denominados tigres asiáticos, como Corea o Singapur, apenas están creciendo al 1%.
Otro problema que afecta al crecimiento en Asia-Pacífico, una de las regiones más dinámicas a nivel global, es la fortaleza del dólar. La divisa estadounidense lleva revalorizándose desde 2018, lo cual ha endurecido las condiciones monetarias a nivel local, causando un descenso notable de consumo e inversión. Las salidas de capitales han vuelto a ser tónica habitual en 2019. Y el comercio, debido a la dificultad de financiarse en dólares (las transacciones en esta divisa superaron los 716 billones durante 2018), también se ha desacelerado sensiblemente.
Las economías asiáticas industrializadas, dicho todo lo anterior, no van a crecer más del 2% en 2019. Corea del Sur, verá reducido su superávit por cuenta corriente del 5% al 4,7%, lo cual confirma una cierta desaceleración de los intercambios comerciales a escala regional. El won surcoreano, ahora mismo, es la divisa más débil de Asia. En este escenario, su banco central no debe rebajar tipos, lo cual ejercerá cierta presión a la baja sobre el PIB. Indonesia, tras sus elecciones en abril, va a mantener un crecimiento estable, ligeramente por encima del 5%. Sin embargo, las presiones a la baja sobre su divisa podrían incrementar los tipos de interés, afectando negativamente al PIB.
El déficit por cuenta corriente, sumado a una aversión creciente hacia determinados mercados emergentes, es un riesgo económico considerable para muchas economías asiáticas con divisas históricamente débiles. Conforme EE.UU. sube sus tipos de interés, las fugas de capital desde Asia serán más frecuentes, sobre todo en países como Corea del Sur, Malasia o Indonesia. India, por cierto, estaba previsto que creciera un 7,3% este mismo año 2019.