A algunos les gusta ver a Elon Musk como un loco, un visionario caprichoso y además hay quien dice que es un tirano. Pero ojo, lo mismo decían de Steve Jobs, Bill Gates y muchas cosas malas afirman también de Greta Thunberg. Sin embargo, todas estas personas han producido cierto movimiento a nivel mundial. Han […]
InternacionalDirigentes Digital
| 17 feb 2020
A algunos les gusta ver a Elon Musk como un loco, un visionario caprichoso y además hay quien dice que es un tirano. Pero ojo, lo mismo decían de Steve Jobs, Bill Gates y muchas cosas malas afirman también de Greta Thunberg. Sin embargo, todas estas personas han producido cierto movimiento a nivel mundial. Han dejado su huella y, sobre todo, han iniciado nuevas líneas de negocio o, en el caso de Greta Thunberg, han impulsado una corriente que ya estaba ahí pero necesitaba este empujón. En los siglos XIX y XX los alemanes han sido grandes inventores, pensadores y visionarios. Sin embargo en el siglo XXI han estado demasiado tiempo ocupados con la política europea. Mientras Angela Merkel ha salvado con su estrategia de cohesión y austeridad el euro y la UE por el momento, el país germano ha perdido el rol de líder económico. De hecho, actualmente se estima que más del 80% de las baterías del mundo se producen en Asia, solo el 3% en Europa.
En este contexto es una buena noticia que Europa en su conjunto haya lanzado ahora proyectos como Alise, una red de investigación que ha vinculado, entre otras líneas de desarrollo, 15 centros europeos que trabajan en una mayor autonomía de las baterías existentes. Además, la Comisión Europea acaba de liberar 3.200 millones de euros para la evolución de toda la cadena de producción de baterías. Un tercio de este dinero viene de Alemania, el primer interesado en su avance. El proyecto de investigación se extiende hasta el año 2031. Adicionalmente se esperan alrededor de 5.000 millones de euros más del sector privado para esta alianza, lo que podría colocar Europa a la vanguardia en este segmento dentro de poco. Todo esto ya va en la línea del “European Green Deal” anunciado por Ursula von der Leyen en la COP25 en Madrid.
Esta alianza verde europea viene acompañada por un anuncio de la ministra alemana de medio ambiente, Svenja Schulze: La construcción de una secretaría “Power-to-X”, que será la plataforma para una red internacional en el futuro con sede en Berlín. El término “Power-to-X” combina tecnologías para producir combustibles sintéticos y otras fuentes de energía verdaderamente sostenibles. Para Alemania es crucial que inicialmente se produzca hidrógeno “verde” a partir de la energía eólica y solar: “Necesitamos una estrategia global”, reitera Schulze en la COP25 en Madrid.
El tiempo corre. Mientras en Alemania somos grandes predicadores de la moral, del compromiso, de la responsabilidad y de la cohesión, pero ya no tanto de innovaciones económicas, en EEUU, sin embargo, dónde el presidente es el enemigo más grande en la lucha contra el cambio climático, se han creado empresas revolucionarias como Tesla. Musk, nacido en Sudáfrica, pero hijo de Silicon Valley, se opone a la estrategia de Donald Trump de salir del Acuerdo de París y al mismo tiempo empuja a los alemanes a salir de su zona de confort. No solamente suena con el “Hyperloop”, Musk también quiere construir una “Gigafactory” en Alemania, en Brandenburgo, cerca de la capital alemana. La empresa, que ya ha vivido sus aventuras en la bolsa con precios subiendo y cayendo en picado, ha premiado a los inversores que han creído en la compañía con una revaloración del 75% en los últimos tres años. Musk deja claro a los alemanes: él cree en el coche eléctrico. Ya ha creado la empresa para llevar a cabo estos planes, la Tesla Manufacturing Brandenburg SE, sucursal de la Tesla International B.V. en Holanda.
La industria alemana, ahora empujada por Tesla y los chinos, no solamente apuesta por el coche eléctrico, también quiere tener una imagen verde. El CEO de Bosch, Volkmar Denner, dijo: “Asumimos la responsabilidad de la protección del clima y, por lo tanto, estamos actuando ahora”. Desde 2020, más de 400 ubicaciones de Bosch en todo el mundo ya no dejarán una huella de carbono. Bosch quiere neutralizar un total de 3,3 millones de toneladas de CO2 para 2020.
El fabricante de neumáticos Continental va un paso más allá y está haciendo que su financiamiento crediticio dependa de los esfuerzos de sostenibilidad. Anunció que había acordado una nueva línea de crédito por cuatro mil millones de euros. La característica especial: con los 27 bancos que proporcionan el valor del préstamo, incluido Deutsche Bank, Continental ha acordado términos que incorporan componentes de sostenibilidad. Pero todo tiene su precio: a finales de septiembre, el fabricante ha anunciado una reorganización que afectará hasta a 20.000 empleos en diez años, casi una décima parte de su fuerza laboral. La producción de componentes hidráulicos para motores de gasolina y Diésel debería “expirar en los próximos años”, dijo la compañía.
El grupo automovilístico más grande de Alemania, Volkswagen, ha acelerado con sus manipulaciones en los certificados de emisiones todas las disrupciones que vivimos ahora en el sector del automóvil y tenía que lavar rápido su imagen. Por ello, anuncia que quiere producir toda la flota de vehículos ‘clima neutral’ hasta 2050. Pero la transformación más dramática se produce ahora en el lobby sectorial que ha sido tan poderoso en las últimas décadas, el “Verband der Deutschen Autoindustrie” (VDA). Ahora, como la política determina el destino del sector, una anterior ministra de estado y alta ejecutiva en el mundo energético dirige este órgano tan importante de la economía alemana. Hildegard Müller tiene la gran tarea de dialogar, a partir de este momento aún mejor, con todos los actores de la sociedad sobre el futuro del sector para ganar otra vez la confianza del consumidor.
Quién pierde en esta carrera ecológica tan rápida es el “Mittelstand” alemán, las Pymes tradicionales e industriales, que no pueden adaptarse a los nuevos tiempos con tanta prisa. Es por eso que cada vez hay más cooperación entre proveedores. Se han unido, por ejemplo, Abt con Schaeffler, matriz de Continental, para reconvertir coches eléctricos de Volkswagen. Abt tiene su sede en Baviera y realiza entre otras cosas conversiones de vehículos diésel a vehículos electrónicos. Aunque en una entrevista con el diario alemán Handelsblatt, el propietario de otra empresa tradicional, Kirchhoff, Arndt Kirchhoff, haya dicho que los proveedores se están volviendo más importantes con los últimos acontecimientos, Musk y los chinos por el momento ganan esta carrera por el coche eléctrico. En 2020 Europa podría dar la vuelta a la situación actual.