La recuperación de los sectores industriales de Alemania, Francia y especialmente Italia va a sufrir un frenazo durante este primer semestre del año. Y si fracasan los esfuerzos para contener el virus y su impacto en el turismo y todo el sector servicios es mayor de lo esperado, entonces el crecimiento puede llegar a hundirse. […]
InternacionalDirigentes Digital
| 25 feb 2020
La recuperación de los sectores industriales de Alemania, Francia y especialmente Italia va a sufrir un frenazo durante este primer semestre del año. Y si fracasan los esfuerzos para contener el virus y su impacto en el turismo y todo el sector servicios es mayor de lo esperado, entonces el crecimiento puede llegar a hundirse.
Son las alertas que están lanzando casas de análisis como Oxford Economics, el servicio de estudios de ING y la preocupación que empieza a extenderse en Bruselas. En un mail interno, el Parlamento Europeo recomienda a sus legisladores, asistentes o trabajadores que se hayan desplazado en los últimos catorce días a Lombardía, Piamonte, Emilia-Romagna y el Veneto que guarden una cuarentena en casa.
Estas cuatro regiones suman en torno al 40% del PIB italiano. Lombardía, epicentro del COVID-19 y con 10 localidades en cuarentena, y el Piamonte son los dos grandes centros industriales del país con importantes plantas de ensamblaje de Fiat, Ferrari o de Leonardo, la gran armamentística antes conocida como Finmeccanica.
“El coronavirus es otro dolor de cabeza para la economía italiana”, señalan los analistas de Oxford Economics, que cuantifican al menos en una décima el impacto en el PIB del primer trimestre “la interrupción de la actividad” industrial en el Norte de Italia. “Es otro revés para Italia, cuya economía verá posiblemente una contracción en 2020”.
La Comisión Europea espera que Italia crezca sólo tres décimas este año, pero en la presentación de las Previsiones Económicas de Invierno realizada hace unos días, el Comisario Paolo Gentiloni, mostró las grandes dudas que ya generaba la epidemia de coronavirus en todo el continente.
“En este momento, la posibilidad de realizar unas previsiones es baja porque todo dependerá de la duración y la extensión de las consecuencias. Está claro que habrá consecuencias, pero su tamaño está íntimamente conectado con la duración del brote de coronavirus”, señaló entonces Gentiloni, responsable de la economía europea.
Ahora, con el brote italiano de coronavirus que deja ya 7 personas muertas y más de 280 casos de infectados, “las posibilidades de un rebote [de la economía] se están apagando, añadiendo el riesgo de una recesión técnica”, explican los economistas de ING.
Es el impacto económico negativo provocado por la cancelación del carnaval de Venecia, el cierre de museos, universidades y escuelas en Milán, capital financiera y empresarial del país, las restricciones para la apertura de negocios y hostelería en el norte de la península trasalpina y las cancelaciones de viajes y reservas de hoteles que caen en cascada.
Europa y Bruselas miran a Italia y a Roma. Austria llegó a paralizar la circulación ferroviaria entre los dos países temporalmente el pasado domingo y el gobierno de Giuseppe Conte intenta zafarse de las presiones de la oposición, en la que el líder de La Liga, Matteo Salvini, exige el cierre de fronteras. Austria y Croacia han anunciado los primeros casos de contagios precisamente de personas que habían visitado Italia.
Los gobiernos de Eslovenia o Bulgaria están poniendo en alerta a sus ciudadanos que han viajado a Italia y aumenta el ruido solicitando el cierre parcial y concreto del espacio Schengen en torno a Italia. Es una medida que espanta a la Comisión Europea por su carácter disruptivo para el mercado interno al afectar al libre flujo de trabajadores y mercancías. “No ha habido ninguna notificación hasta ahora para suspender las reglas de Schengen”, ha señalado este martes la portavoz de la Comisión Europea. Que esta solicitud no se haya producido, según el ejecutivo comunitario, “significa que los estados actualmente no creen que tal medida sea necesaria”.
Y esta irrupción del coronavirus como riesgo económico coge al continente sujeto por pinzas. Aunque la eurozona encadena su periodo más largo de crecimiento sostenido desde 1999, su PIB crecerá un 1,2% este año y al mismo ritmo en 2021. Nuevos controles fronterizos, una parálisis del turismo y los servicios en Italia y su contagio al sector manufacturero del país, de Francia o Alemania sólo empeorarán más esta coyuntura.