Commodities bajo mínimos, punta del iceberg bancario

Tal y como explica en su artículo Lionel Laurent, columnista de Bloomberg especializado en mercados financieros, el problema es que esto puede ser solo la punta del iceberg, aludiendo a la exposición directa de las entidades al mercado de commodities, más allá del sector petrolero. Como ejemplo, menciona el imparable aumento de préstamos de firmas como HSBC o Standard Charterd en países exportadores o las señales de ‘estrés’ que están apareciendo en compañías mineras, como BHP Billiton o Noble Group, que registró en 2015 sus primeras pérdidas anuales en casi dos décadas. O la reciente bajada de rating a bono basura sobre Anglo American.

La cifra estimada de los préstamos a este tipo de compañías (que podría ser mayor pues hay entidades que no lo desglosan en sus cuentas, como Deutsche Bank) supera, además, la estimada por los bancos estadounidenses, que ronda los 123.000 millones de dólares.

En este sentido, desde Bloomberg apuntan a la mayor transparencia de la banca estadounidense en su exposición a materias primas, recordando cómo por ejemplo, el CEO de JP Morgan Jamie Dimon ya advirtió esta semana que han hecho una estimación de 1.500 millones de dólares en reservas teniendo en cuenta la expectativa de que el crudo se sitúe en torno a los 25 dólares el barril durante los próximos 18 meses. Desde la firma, recuerdan que los bancos europeos están asumiendo de media que la cifra se sitúe en 30 dólares el barril.

Según datos recopilados por Reuters, el sector bancario había perdido 350.000 millones de euros de valor de mercado en 2016 hasta mediados de febrero. Pero los expertos se muestran prudentes. "Creemos que la caída de las acciones bancarias es exagerada por varios motivos y los recortes de valoración que han afectado a los bancos de calidad representan a nuestro juicio una oportunidad para los inversores", indican en un reciente informe los expertos de Morningstar.

Consideran que la exposición al sector energético de las entidades es para la mayoría de los bancos europeos manejable. "Los bonos ligados a este sector han sufrido una caída del 15%, lo que resultaría en pérdidas de tan sólo el 4,5% de los fondos propios", indican. Aún así, se muestran prudentes y aconsejan ser selectivos. Por ejemplo, Deutsche Bank se quedaría fuera de sus recomendaciones para los inversores.

En su último informe mensual, los expertos de Banca March recordaban también cómo algunas casas globales estiman en base a una serie de hipótesis unas pérdidas potenciales en préstamos al sector energético de 27.000 millones de dólares para los bancos cotizados en Europa (en torno a un 6% de los beneficios antes de impuestos asumiendo un plazo de 3 años), "lo que no debería suponer un problema importante para la capitalización del sistema bancario".

Sin embargo, consideran que teniendo en cuenta otro tipo de ramificaciones, como puede ser la financiación a empresas dedicadas al trading de materias primas, "la exposición podría superar esos 200.000 millones, en cuyo caso podría suponer un riesgo de cola importante para los beneficios de los bancos, aunque es muy prematuro considerar que dicho riesgo podría materializarse de forma significativa en el corto plazo".

Para Alex Fusté, economista jefe de Andbank, los motivos de las caídas van más allá de la relación de la banca con el crudo. Entre otros, la exposición desconocida de los bancos al mercado de derivados o unos resultados bajo presión y sin proyección, ante los tipos negativos que estrechan aún más los márgenes y la lentitud de algunos bancos a la hora de explorar nuevas líneas de negocio.

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