La transformación a la que se está viendo sometida la sociedad en los últimos meses ha derivado en una nueva realidad que ha traído consigo nuevas preocupaciones para las empresas y, especialmente, para aquellos que las dirigen. Ante este nuevo escenario, son muchos y muy variados los retos a los que se enfrentan las empresas […]
Las empresas hablanDirigentes Digital
| 17 sep 2021
La transformación a la que se está viendo sometida la sociedad en los últimos meses ha derivado en una nueva realidad que ha traído consigo nuevas preocupaciones para las empresas y, especialmente, para aquellos que las dirigen. Ante este nuevo escenario, son muchos y muy variados los retos a los que se enfrentan las empresas y sus directivos. Por ello, Hiscox, compañía aseguradora que ofrece productos innovadores y especializados para negocios, profesionales, arte y clientes privados en el mercado español, presenta el Decálogo para el Buen Directivo 2.0, para que los líderes de las empresas sean conscientes y estén preparados para hacer frente a estos grandes cambios, minimizando así los riesgos de sufrir una demanda por una gestión negligente en el ejercicio de su cargo.
La transformación digital del tejido empresarial español abre la puerta a nuevos negocios, mercados, clientes y métodos de trabajo, pero también a nuevos riesgos y a una mayor exposición a los mismos. De acuerdo con el último Informe de Ciberpreparación de Hiscox, el 53% de las empresas de nuestro país notificaron haber sufrido al menos un incidente ciber el pasado año, y la proporción de pymes que sufrieron ciberataques aumentó del 38% al 43%, muchas de las cuales fueron víctimas de ataques múltiples.
Cualquier empresa, independientemente de su tamaño o actividad, puede ser objetivo de un ciberdelincuente. Cuando esto sucede, los datos y sistemas de las compañías pueden quedar al descubierto y el negocio paralizado, con las consecuentes pérdidas económicas, por lo que es fundamental que el directivo esté informado y en disposición de implementar estrategias de ciberseguridad, sobre todo en el campo de la prevención, que proteja tanto a la compañía como a los empleados.
Adicionalmente, la pandemia ha puesto de manifiesto dos realidades. Por un lado, la difícil situación económica ha afectado negativamente a muchas empresas que se vieron en la obligación de detener su actividad. Como consecuencia de ello, a finales del pasado 2020, las compañías en concurso de acreedores aumentaron un 45%. Por ello, a la hora de presentar un concurso de acreedores, el máximo responsable de la empresa debe, como se indica en el decálogo, solicitar ayuda en los plazos previstos si ve que la sociedad no puede continuar con esa situación financiera por más tiempo. En caso contrario, este podría ser demandado.
Por otro lado, la crisis sanitaria ha visibilizado cómo las personas son el motor de las compañías y, desde el inicio de la crisis, los directivos coinciden, tal y como recoge KPMG en lo importante que es garantizar el bienestar de sus empleados. Hay que cumplir con las obligaciones en materia de prevención de riesgos y velar por el bienestar físico y mental de los empleados. Asimismo, el directivo debe centrarse en implantar políticas de diversidad e inclusión que garanticen la integridad de todos los trabajadores para hacer de las empresas un lugar de inclusión donde cualquier persona pueda desarrollar su actividad con la máxima seguridad.
Además, desde el pasado 14 de abril, todas las empresas tienen la obligatoriedad de tener elaborado un registro de los sueldos de sus empleados para intentar reducir la brecha salarial entre trabajadores y trabajadoras, que se sitúa alrededor de un 20%. Acorde con el nuevo Decálogo del Buen Directivo 2.0, éste debe luchar por la equidad salarial entre todos aquellos que ostenten el mismo cargo y estar atento a que las relaciones de su entorno laboral próximo sean las adecuadas, a fin de favorecer el buen ambiente de trabajo.
Otro de los retos viene marcado por la sostenibilidad ya que, por obligación, por necesidad o por el bien de las futuras generaciones, las empresas están estableciendo estrategias de sostenibilidad en el ADN del negocio. Los consumidores y los inversores buscan cada vez más firmas que cuiden el medio ambiente y según una encuesta realizada por PwC, alrededor de dos tercios de los consumidores se han decantado por una determinada marca por sus políticas ambientales. Los directivos son los responsables de implantar las políticas medioambientales de sus empresas y de reforzar el mensaje de sostenibilidad que existan en sus objetivos.
“Los cambios que trae consigo la evolución de la sociedad están definiendo el nuevo tejido empresarial en el que las reglas del juego están en constante cambio. Desde Hiscox queremos seguir siendo capaces de ofrecer nuestra ayuda a directivos y administradores para hacer frente a los nuevos retos a los que se enfrentan. Con la actualización de nuestro decálogo, pretendemos concienciar sobre estos nuevos desafíos, preparar a las empresas y a los directivos para los nuevos escenarios y prevenir los riesgos personales que puedan sobrevenir de posibles faltas. Por ello, es importante estar a la orden de lo que rige la actualidad del sector empresarial y de las tendencias que constantemente están surgiendo y que pueden conllevar nuevos riesgos”, señala David Heras, director general de Hiscox Iberia.
A pesar de prestar atención a los nuevos desafíos a los que se enfrentan, los administradores y directivos pueden tener que hacer frente a demandas contra su persona que pongan en peligro su patrimonio personal o incluso la viabilidad de la empresa que dirigen; y con el objetivo de ofrecerles protección, Hiscox pone a su disposición Hiscox D&O, la renovada póliza para Administradores y Directivos que ha sido adaptada a esta nueva realidad y desarrollada íntegramente por el equipo de Hiscox Iberia. El producto, que ha sido diseñado para cubrir los siniestros más habituales, añade más de 10 nuevas coberturas con más de 20 extensiones de cobertura adicionales, ofrece el condicionado más sencillo y vanguardista del mercado.