1. La mejora cíclica continuará Los expertos confían en que el repunte cíclico a escala mundial se amplíe a 2017, apuntalado por las políticas presupuestarias expansivas que aplicará el nuevo presidente de EEUU. “Un paquete de gasto en infraestructuras de 600.000 millones de dólares podría impulsar el crecimiento estadounidense alrededor de un 0,25%, mientras que un recorte del impuesto de sociedades desde el 35% hasta el 15% podría impulsar un 10% los beneficios de las empresas estadounidenses en 2018”, indican. Para la firma, dado que los beneficios por acción estadounidenses no han mostrado crecimiento alguno en los tres últimos años, el actual dinamismo en la economía “podría propiciar un aumento de doble dígito en esta variable en 2017 y 2018 y dar lugar a mayores ganancias en la renta variable estadounidense”. 2. Dudas acerca de la deuda Para los expertos, la deuda global, generada principalmente por las políticas de los bancos centrales, ha seguido aumentando a un ritmo alarmante. “Los tipos de financiación en niveles muy reducidos han impulsado el crecimiento de la capacidad en una serie de sectores, y la reducción del exceso de ésta todavía tardará en llegar”, indican, recordando que pese al reciente repunte, los rendimientos de los bonos siguen en niveles mínimos, siendo “mucho menos fiables de lo habitual como indicadores de la dinámica del crecimiento y la inflación”. 3. Vulnerabilidad de las valoraciones Desde Schroders consideran que las valoraciones siguen siendo poco interesantes a escala global: “la mayoría de los principales mercados están cotizando por encima de sus medias de los últimos diez años sobre los beneficios (si bien Japón conforma la única excepción clara). A medida que los tipos de interés comiencen a subir, es probable que las valoraciones empiecen a reducirse, y Estados Unidos parece bastante vulnerable en este sentido”, indican los expertos. Sin embargo, consideran probable que la continuación de las políticas monetarias expansivas en Japón debilite el yen, impulsando así la inflación y la competitividad de la industria japonesa. “La renta variable nipona sigue presentando valoraciones atractivas en comparación con los bonos y podría arrojar rentabilidades muy positivas en divisa local”, aseguran. 4. Riesgo político La política se mantiene como uno de los grandes riesgos para los mercados globales de renta variable en 2017. Las próximas elecciones en Francia, los Países Bajos y Alemania conformarán momentos decisivos para el liderazgo político y el futuro de la zona euro. “Es más que probable que estos comicios provoquen cambios en la confianza a medida que nos acerquemos a las fechas señaladas”, señalan, advirtiendo de que la victoria del Frente Nacional en Francia representaría un “enorme golpe para los mercados financieros” de la región. 5. Mercados emergentes Además de la subida de tipos en EEUU, el plano político también repercutirá en gran medida en la rentabilidad de los mercados emergentes en 2017, si bien por motivos muy diferentes. Según indican los expertos, las rentabilidades de Latinoamérica se verán enormemente lastradas por el enfoque proteccionista de Trump, así como por su visión sobre la inmigración. En China, las medidas políticas están resultando en la reestructuración de sectores no productivos y un reequilibrio gradual de la ingente deuda del país. “El resultado de estas medidas aún está por ver. En la India, la política también se ha desmarcado de un contexto económico sólido”. 6. Prosperar en época de cambio Los expertos consideran que en una fase tan transitoria para los mercados de renta variable globales, creemos que los sectores que pueden beneficiarse del cambio de tendencia progresarán. “El continuo crecimiento y la revolución que ofrecen determinadas plataformas de Internet y los avances tecnológicos no sólo deberían contribuir al mantenimiento de los márgenes en los episodios de incertidumbre, sino que también deberían facilitar a estas empresas la penetración de nuevos mercados”, indican desde Schroders, donde también se muestran más optimistas con los bancos. “El recorte generalizado de costes empieza a dar sus frutos a medida que las autoridades dejan de imponer costes en materia de capital y cumplimiento. Asimismo, empieza a vislumbrarse un contexto más favorable para los ingresos a medida que mejora el crecimiento nominal y los tipos empiezan a despegar de sus mínimos históricos”, indican.
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