Por qué es pronto para descartar una recesión

El matemático español, financiero y analista económico, Juan Ignacio Crespo, reconoce que “hace un año era evidente que se avecinaba una recesión, ahora parece lo contrario”. Pero el autor de “¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?” afirma que mantiene su ‘tesis’ y, de hecho, lo hará hasta 2019. En primer lugar, los que en 2008 adelantaron que se avecinaba una crisis, Singapur y Australia, han visto en el tercer trimestre una contracción en su crecimiento; a lo que debemos sumar la “clarísima recesión industrial” y de los beneficios durante cinco trimestres. En el tercero, las ganancias de las corporaciones estadounidenses han logrado ‘salir del bache’, pero si al agregado le quitas bancos y aseguradoras estas siguen siendo negativas, matiza. Crespo recuerda que, históricamente, a una recesión en los beneficios le sigue una global. “Menos en 1985. Eso sí, en 1987 se produjo un crack bursátil”, alerta. De hecho, no es esta la única semejanza con aquel periodo, pues también la caída de las materias primas adelanta una crisis, “a excepción de 1986”. Así, no descarta que asistamos a un crash en la renta variable: “Podríamos ver descensos del 10% al 15%”. Entonces, añade, “los bancos centrales entrarían a comprar Bolsa”. Con todo, si se cumple también el mismo patrón que entonces, estaríamos ante un desplome súbito, de una sesión o poco más, que luego, como aquella vez, “no dejara rastro”. No ayuda tampoco al optimismo la situación del comercio mundial, “estancado desde hace años”, al que acompaña la mejora de las commodities, pero lastra la entrada en escena del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Define al magnate como “un tendero, que luego se dedicó a la construcción y que lo quiere es cobrar por todo”. Considera que sus propuestas son “humo por ahora” y recomienda no olvidar “las dificultadas para la aprobación de sus planes en el Congreso”. Y es que, los republicanos son contrarios al gasto público y “Estados Unidos es el único país donde hay división de poderes”. Con todo, le llama la atención el hecho de que “todos el mundo se cree lo positivo de Trump y nadie las amenazas. Augura un “periodo conflictivo en las relaciones comerciales globales” y apunta a que el mayor peligro de Trump es “su ambición”. La clave de su plan de inversión ‘billonario’, en cualquier caso, será el cuándo y el cómo, pues la mayor parte descansa sobre la aportación del sector privado, al tiempo que la oposición republicana parece fuerte. “Igual llegamos a mediados de 2018 y no ha podido aplicarlo, aunque hacerlo lo hará”. Sin embargo, mientras tanto avanzaremos en un ciclo de tipos al alza (la Fed espera tres incrementos en 2017), con Estados Unidos en pleno empleo y la productividad estancada. Recordemos que, en las jornadas posteriores a las elecciones norteamericanas, el economista jefe de Saxo Bank, Steen Jakobsen, afirmaba: “Una recesión en Estados Unidos sigue siendo probable a pesar de las expectativas de una bonanza fiscal. Los rendimientos más altos matarán lo que quede del crecimiento porque no sólo está el sistema político funcionando en vacío, sino muchas compañías del país”. Un mes antes, Julien-Pierre Nouen, jefe economista-estratega de Lazard Frères Gestion, señalaba a dos escenarios centrales para la economía del otro lado del Atlántico: una ligera recesión de aquí a tres años, “ o una expansión más larga, pero con una recesión más fuerte, a su finalización. La política monetaria de la Fed determinará en parte el ‘caso’ que prevalezca”.

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