Oro: ¿pierden brillo los refugios seguros?

Las turbulencias han sido muchas y variadas en este 2016 que toca a su fin, y los refugios seguros, como el oro o el yen, han sido protagonistas, con importantes expectativas para ellos. Concretamente, no han sido pocos los expertos que han apuntado a que el metal precioso podría cerrar el año en los 1.400 dólares la onza (frente al entorno de los 1.100 actuales). Desde que en junio Reino Unido decidiera abandonar la Unión Europea (UE), los mercados se han movido de evento inesperado en evento inesperado. Pues tras el resultado de este referéndum el riesgo político no ha hecho sino escalar, especialmente con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, pero también con el denominado populismo avanzando terreno en Europa, mientras su banca no logra despegarse de los problemas derivados de la crisis. Al tiempo que las idas y venidas de la OPEP y los ‘no OPEP’ apuntalaban la volatilidad en el petróleo y continuaban las dudas sobre China. Aunque es cierto, que tras cada uno de estos ‘sustos’ estos refugios seguros han repuntado, “las recuperaciones han sido de corta duración”, detalla Julian Jessop, de Capital Economics. No cree esta firma que hayan perdido atractivo, pero apunta a que la demanda se ha visto limitada por dos factores: “Primero, el impacto económico negativo tangible de los shocks políticos ha sido (hasta ahora) mucho menor de lo esperado. Reino Unido ha evitado la recesión y Trump ha dado marcha atrás en muchas de sus posiciones más extremas”. Por otra parte, añade, “los mercados han encontrado ‘esperanzas’ que realmente han impulsado el apetito por el riesgo”, como es la política monetaria acomodaticia del Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés). O las promesas de un estímulo fiscal en Estados Unidos, que eclipsan los temores sobre una ‘guerra comercial’. “Al mismo tiempo, las mayores expectativas de tipos e inflación y el repunte del dólar han agravado el golpe a oro o yen”, destaca. Así las cosas, cree que una de las lecciones que nos deja 2016 es que “la demanda de refugios seguros puede ser fugaz, incluso tras sorpresas políticas. Esto vale la pena tenerlo en cuenta ante cualquier posible rebrote de la crisis de la Zona Euro”. Sin embargo, concluye Jessop, “las respuestas ‘calmadas’ de los mercados a estos eventos se han basado en que no se han cumplido las peores expectativas y en que cualquier preocupación es superada por promesas políticas. Pero la reacción en 2017 puede no ser tan benigna. Y vale la pena subrayar que el Brexit aún no se ha llevado a cabo, ni tampoco Trump es presidente”. Mientras ETF Securities se centra en la relación entre las expectativas de tipos de la Fed y el oro. Tres veces se espera que la autoridad monetaria de Estados Unidos incremente el precio del dinero el próximo año, “por lo que es probable que haya más debilidad para el metal precioso en el futuro de corto plazo”. En el cuarto trimestre, mientras el dólar ha repuntado (sobre la base de estas previsiones de una política monetaria más ‘dura’) un 7,5%, mientras que el metal precioso ha caído un 13,5%. Ahora bien, “la presión sobre los precios del oro será predominantemente negativa en los próximos meses, seguimos creyendo que existen riesgos considerables en 2017 que probablemente apoyen su valoración”. La Fed, enumeran, no puede ser demasiado agresiva; la fortaleza del dólar podría dañar las cuentas de resultados de las empresas estadounidenses; el 70% del PIB de Europa tiene elecciones el año que viene; no hay certeza sobre el éxito de Trump para implementar sus promesas… Consideran, por tanto, “que la actual debilidad del oro supone puntos de entrada atractivos para los próximos seis meses”.

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