La ‘vuelta al cole’ del asesor financiero

Con la llegada de MiFID II, España dejará de ser una excepción entre los países de su entorno puesto que, por  primera vez, el asesor tendrá que cumplir unos requisitos de cualificación técnica y una experiencia mínima antes de sentarse con un cliente. Sin embargo, tal y como explica Santiago Satrústegui, vicepresidente de EFPA España, aún queda un largo camino para que el sector se adapte en este sentido a la norma. “Muchos profesionales llevan muchos años trabajando como asesores, pero les cuesta mucho pasar un examen” que certifique su buen hacer en esta materia. “Aún no está claro cómo será la trasposición de la norma en cuanto a certificación, y eso supone un problema”, indica el experto, advirtiendo que “sería una vergüenza que a la hora de la verdad, España se quede a la cola de Europa”. En los últimos meses, numerosas entidades han anunciado planes de formación para sus empleados con el objetivo de cumplir con MiFID. Por ejemplo, Bankia ha lanzado un plan de formación y certificación profesional para 5.500 empleados, entre cuyos cometidos esté cualquiera relacionado con el asesoramiento o la información de productos financieros a clientes. Estos empleados se unirán a los gestores de banca privada de la entidad, que durante 2016 ya realizaron cursos para obtener el certificado de EFA (European Financial Advisor) emitido por la EFPA. Desde la asociación europea consideran que la clave para una verdadera formación es que el certificado lo otorgue un tercero. Es decir, “el riesgo es que se permita a las entidades que ellas mismas formen y acrediten”. Para evitarlo, Satrústegui espera que el regulador sea exigente en esta materia, fijando las exigencias definitivas de formación. Desde su creación en el año 2000, EFPA ha realizado en España más de 50.000 exámenes individuales a profesionales financieros. Las certificaciones de EFPA exigen su renovación cada 2 años lo que supone la garantía de actualización permanente de los profesionales. “El mundo financiero está constantemente cambiando, creando productos diferentes, aportando soluciones distintas, nueva nomenclatura y nuevas herramientas tecnológicas que el profesional debe ir incorporando en su haber para poder desarrollar su trabajo de la forma más adecuada”, explica Josep Soler, presidente de EFPA Europa. Tal y como explican desde EFPA España, la asociación pondrá en marcha este año dos nuevas certificaciones para adaptarse a las exigencias derivadas de las directrices de ESMA, según el nivel de servicio al cliente (asesoramiento sobre productos o provisión de información). La nueva certificación EIP (European Investment Practitioner o Profesional Europeo de Inversiones) está diseñada para todos aquellos profesionales que puedan dar información o asesorar sobre productos financieros a los clientes. El objetivo de la certificación es complementar los segmentos básicos de las redes comerciales de entidades financieras y aseguradoras ante la necesidad de una cualificación profesional para poder hacer frente a las presentes exigencias reguladoras y como certificación de una base de competencias bancarias y financieras. Por su parte, el objetivo de la certificación EIA (European Investment Assistant, o Asistente Europeo de Inversiones) es complementar los segmentos básicos de las redes comerciales de entidades financieras y aseguradoras ante la necesidad de una cualificación profesional para poder hacer frente a las presentes exigencias reguladoras y como certificación de una base de competencias bancarias y financieras en el ámbito de brindar información sobre los servicios que presta la entidad.

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