“Las empresas de alto crecimiento son prácticamente todo a la hora de determinar el desempeño general de una economía”. Esto, en palabras del economista estadounidense Paul Krugman, muestra la importancia de este tipo de empresas, que, según el Banco Mundial, , a las que cabe atribuirles más de la mitad del total de ventas y […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 07 dic 2018
“Las empresas de alto crecimiento son prácticamente todo a la hora de determinar el desempeño general de una economía”. Esto, en palabras del economista estadounidense Paul Krugman, muestra la importancia de este tipo de empresas, que, según el Banco Mundial, , a las que cabe atribuirles más de la mitad del total de ventas y empleos nuevos en los mercados emergentes.
Cuando hablamos de empresa de alto crecimiento (EAC) se nos viene a la mente una pequeña empresa emergente en un sector de alta tecnología que crece con rapidez gracias a una ventaja comparativa, como puede ser una nueva tecnología avanzada o una extraordinaria innovación en marketing. No obstante, esto no tiene por qué ser así.
Las EAC tienden a ser más jóvenes que la empresa promedio, pero no tienen qué ser ni pequeñas ni nuevas empresas, tal y como se desprende de un informe titulado ‘Empresas de alto crecimiento’ elaborado por el Banco Mundial. Además, existen en distintas industrias, no solo en el sector de alta tecnología.
Pero, existe un denominador común en muchas de ellas, y es que son ‘artistas de un solo éxito’: “Hasta un 50% de las compañías que experimentan un evento de alto crecimiento abandonan el mercado entre tres y seis años después” cuentan desde el Banco Mundial. Y “menos del 15% suele repetir un episodio de alto crecimiento, lo cual pone de manifiesto la naturaleza efímera y esporádica del crecimiento de las empresas”, añaden.
Pero, ¿qué impulsa este crecimiento? Uno de los aspectos más importantes es la innovación. Para conseguir ello, son imprescindibles las inversiones en investigación y desarrollo y los productos nuevos. Esto debe ir acompañado de la “aglomeración y redes de empresas”. Es decir, la proximidad física a otras empresas o los vínculos de propiedad de las empresas impulsan el desarrollo.
Pero el talento humano también es imprescindible a la hora de hablar crecimiento en las empresas: es necesario atraer personal altamente cualificado con diversas experiencias. Y hay que añadir una variable más. La participación en el comercio internacional y la inversión extranjera contribuyen considerablemente a aumentar las probabilidades de un episodio de alto crecimiento.
¿POR QUÉ SON IMPORTANTES ESTAS EMPRESAS?
La actividad de las empresas de alto crecimiento supone “más puestos de trabajo, salarios, crecimiento, productividad y rentabilidad más altos”, cuentan desde el Banco Mundial. Este organismo las denomina ‘empresas estrellas’, y el estudio de identificar empresas con este potencial “continúa siendo más un arte que una ciencia”.
Este tipo de empresas tan solo conforman entre el 3 y el 20% de las empresas de manufacturas y servicios a nivel mundial. Sin embargo, generan más de la mitad de todos los nuevos empleos y de las ventas en estos sectores combinados.
Sumado a su función fundamental en la creación de empleo y en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de los distintos países, las EAC generan efectos indirectos positivos a su alrededor. Entre ellos se encuentra la transmisión de conocimientos y la creación de redes.