“Los datos son la base para poner en marcha cualquier proyecto de Inteligencia Artificial”

La Inteligencia Artificial (IA) está haciendo mucho ruido entre las empresas. Su calado es tal que es considerada como una de las tendencias de este presente año y poco a poco sus beneficios están llegando a la pyme, que también se está subiendo al “carro” para no quedarse atrás.

Sus beneficios para las pequeñas y medianas empresas son muchos e importantes, tanto para impulsar sus negocios (impacto en las funciones de marketing y ventas), como para mejorar la relación con sus clientes y la mejora significativa que experimenta la pyme en lo que respecta a la analítica (conociendo así mejor su sector, la competencia o analizando sus contenidos). 

Varios son los factores a tener en cuenta para implantar un sistema de IA correctamente. Y para ello, DIRIGENTES habla con el Iván Abad, Director Técnico de Commvault, empresa de software de gestión y protección de datos.

¿Considera que las pymes apuestan por la Inteligencia Artificial? ¿Conocen su poder transformador? 

Hay pymes muy innovadoras que ya están poniendo en marcha proyectos de inteligencia artificial que, mediante el análisis de datos y la automatización de procesos, son capaces de mejorar la atención al cliente y de tomar decisiones más inteligentes. 

Pero, sin duda, dar los primeros pasos en tecnología no es fácil, sobre todo si no se tienen los recursos, tanto económicos como humanos para hacerlo. Por eso hay que formar a las pymes en estas cuestiones e informar de las ventajas que conlleva la transformación digital.

De todas formas, es difícil englobar a todas las pymes en el mismo saco. Además, en el caso de la IA, es quizá más importante saber el número de clientes o el número de procesos que se pueden automatizar en una empresa que el tamaño de la misma.

¿Cuáles son las aplicaciones más frecuentes que da la pyme a la IA?

La IA se puede aplicar a áreas muy diferentes, como pueden ser la de ventas, la de soporte al cliente, recursos humanos e incluso la de TI. Los sistemas de gestión de la relación con el cliente (CRM), ya están diseñados para recoger los datos a través de canales de comunicación diversos, como el correo electrónico, el teléfono y redes sociales, con el fin de ayudar a mejorar e incluso automatizar el proceso de ventas. Al fin y al cabo se trata de analizar los datos para automatizar procesos y, ¿qué pyme no necesita simplificar tareas rutinarias?

Un ejemplo de inteligencia artificial que podemos ver habitualmente en pymes es el de los chatbots, esos agentes que, según entramos en una página web, nos preguntan si pueden ayudarnos y pueden responder al usuario de forma directa y rápida. Para una pyme con pocos recursos, un chatbot puede ser muy útil para dar soporte al cliente. También un asistente de voz es IA, e incluso un software que gestione los datos de los clientes puede integrar IA para facilitar y automatizar tareas. 

¿Qué pasos debe seguir una pyme que quiere implantar un sistema de IA y qué se necesita para hacerlo correctamente?

El primer paso que debe plantearse una pyme es dónde debe aplicar esta tecnología. Aunque, como hemos dicho anteriormente, la IA se puede utilizar en muchas áreas diferentes, si se lanza a pequeña escala, en el departamento donde pueda aportar más utilidad, no se necesitarán tantos recursos y, por tanto, tanta inversión inicial. Y, gradualmente, delineando expectativas, midiendo resultados y decidiendo cómo continuar en el futuro, extender la IA a otros departamentos.

El siguiente paso sería decidir qué tecnología utilizar. Obviamente, una inversión para una pyme supone un esfuerzo considerable, por lo que se podría optar por tecnologías de código abierto, accesibles a un mayor número de empresas, en vez de desarrollar una IA propia, un proceso que sería lento, complejo y mucho más caro.

Como empresa especializada en la gestión y protección de los datos, ¿cuál es la importancia de la información al llevar a cabo este proceso?

Los datos son la base para poner en marcha cualquier proyecto de IA. Sin datos, esto sería imposible. De hecho, uno de los requisitos clave para las empresas es poder acceder y utilizar las cantidades cada vez mayores de datos disponibles en la actualidad. Debido a los enormes volúmenes y tipos de datos que se generan, gestionarlos es cada vez más complicado y confuso. Sin embargo, la tecnología también evoluciona en función de las necesidades de los clientes y aquí es donde empresas como Commvault pueden ayudar: permitiendo conocer los datos de que se disponen, dónde residen, acceder a ellos y gestionarlos o recuperarlos cuando sea necesario.