El proceso de reactivación de la economía se observa desde múltiples variables. Una de ellas es el consumo eléctrico. La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, ha apreciado un considerable aumento de la demanda de electricidad durante la última semana, que ha pasado de experimentar una reducción del 20% durante el periodo de hibernación económica […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 15 jun 2020
El proceso de reactivación de la economía se observa desde múltiples variables. Una de ellas es el consumo eléctrico. La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, ha apreciado un considerable aumento de la demanda de electricidad durante la última semana, que ha pasado de experimentar una reducción del 20% durante el periodo de hibernación económica a un descenso del 9% en la última semana lo que, a juicio de la dirigente, es un indicio de la recuperación del país.
Durante su intervención en la cumbre empresarial organizada por la CEOE, Corredor ha destacado que, si bien todavía falta para alcanzar niveles precoronavirus, el tejido patrio debe contribuir con sus capacidades y experiencia para reconstruir la economía. En este sentido, ha puesto de relieve la importancia de los operadores del sistema, ya que esta crisis ha venido a demostrar que “son más esenciales que nunca”, al garantizar el suministro eléctrico y dar continuidad a las comunicaciones.
En su primera aparición pública desde que relevara en el cargo a Jordi Sevilla como máximo responsable del grupo el pasado mes de febrero, Corredor ha aprovechado la ocasión para incidir sobre la transición energética como respuesta al desarrollo sostenible. Así, ha adelantado que Red Eléctrica está preparada para acometer las inversiones que recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Este programa destinará 50.000 millones en redes de electrificación.
En el coloquio de los operadores del sistema también ha participado el presidente de Enagás, Antonio Llardén, quien ha defendido los gases renovables como el biometano o el hidrógeno para llevar a cabo la descarbonización planteada en los planes de transición energética tanto a nivel nacional como internacional.
En este marco, Llardén ha definido la pandemia como una crisis de las tres erres: “resistir, recuperación y reinvención”, desde el punto de vista empresarial. “Cada una ha resistido como ha podido. Los operadores de red hemos dado servicio en condiciones normales y la energía ha podido llegar a todos los sitios”, ha subrayado. Asimismo, los planes de recuperación pasan por la transición energética ligada a la descarbonización y una reinvención ligada a la reindustrialización.
Por su parte, el presidente de CLH, José Luis López de Silanes, ha puesto de relieve la caída del consumo de gasolina y gasoil durante el confinamiento con una reducción del 85% y del 70%, respectivamente. En el momento actual, estas cifras han limitado las bajadas al 35%, en el primer caso, y al 25%, en el segundo caso, niveles “por debajo de la situación normal”. En línea con las otras dos anteriores, desde Compañía Logística de Hidrocarburos ha defendido el proyecto de ley de cambio climático, pero proponen algunas modificaciones como incluir el concepto de “neutralidad tecnológica”. Se trata de eliminar las restricciones al uso de determinados combustibles en los vehículos, para poder incluir carburantes líquidos en automóviles que puedan contaminar, pero que al tener en cuenta el ciclo total de combustible su emisión sea nula.
Silanes ha remarcado que no deben limitarse las medidas de emisiones solamente al tubo de escape, sino que debe tenerse en cuenta que hay tecnologías que no emiten Dióxido de Carbono (CO2) durante su utilización, pero sí se han producido emisiones al generar la energía con la que se mueve el vehículo. También considera importante tener en cuenta los biocarburantes en el sector de la automoción.
En este contexto, ha argumentado con cifras el peso del sector del petróleo en España, que supone el 47% de la energía consumida en España. Su representación en el PIB alcanza el 2,5% y suponen unos ingresos por impuestos especiales de más de 20.000 millones de euros, por lo que debe “seguir siendo relevante en el proceso de transición energética”.