En marzo y abil se suspendieron todas las actividades que tenían que ver con el contacto humano. Desde entonces, quienes las organizan tienen que contar hasta cuántas personas pueden reunirse sin exceder las restricciones, además de estar pendientes de respetar las innumerables medidas sanitarias que se han impuesto. Pero el hecho de que sea más […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 30 nov 2020
En marzo y abil se suspendieron todas las actividades que tenían que ver con el contacto humano. Desde entonces, quienes las organizan tienen que contar hasta cuántas personas pueden reunirse sin exceder las restricciones, además de estar pendientes de respetar las innumerables medidas sanitarias que se han impuesto.
Pero el hecho de que sea más difícil organizar estas reuniones no significa que hayan dejado de ser necesarias. Por ello, los clubes de negocios renacen para cubrir la necesidad de las empresas de relacionarse y estrechar vínculos con otras compañías.
“Un club privado actúa como agente dinamizador de la economía, la sociedad o la cultura”, opina José Tapias, fundador y CEO del Club Raheem. “La proliferación de negocios, la creación de selectas redes de contactos sociales y profesionales o la celebración de eventos son argumentos suficientes para entender la aportación y utilidad de Club Raheem”, defiende Tapias.
Desde esta organización se intenta poner en común a empresarios con intereses comunes, además de atraer inversión al país e internacionalizar empresas españolas. Las reuniones físicas proporcionan la oportunidad para que surjan nuevos negocios: “Ni las videoconferencias ni el streaming podrán nunca sustituir a una reunión o encuentro presencial”, sentencia Tapias. De hecho, califica como “imprescindibles” los eventos presenciales en los que todo tipo de personas se ponen en común.
En concreto, Tapias destaca “un amplio grupo de empresarios latinoamericanos” con intereses en España que, a través del Club, consiguen aterrizar en Madrid y en España. De ese modo, también ejerce un papel de intermediación: “Conectamos por verticales a nuestro socios entre ellos cuando advertimos una afinidad profesional común. Así hemos propiciado la firma de importantes contratos a nivel nacional e internacional entre compañías que son miembros del Club”.
Por otro lado, cabe destacar el propio espacio físico, que se dedica para realizar y eventos y también se ofrece a empresas sin sede en Madrid. “Servir de sede ejecutiva en el centro económico y financiero de la capital para empresas madrileñas, españolas y extranjeras sin oficinas en la zona y así aligerar sus costes de estructura”, según lo define el fundador del Club.
El hecho de dirigirse a segmentos elitistas y de lujo lo protege de situaciones convulsas como la actual. “Creo que no ha sido un sector extremadamente sensible a esta crisis”, reflexiona Tapias, aunque ha recibido el impacto “como todos los sectores”. De ese modo, la actividad es “moderadamente aceptable en eventos del sector del lujo y con reuniones y jornadas de directivos de compañías de esa industria”.
En cuanto a la salida de la crisis, cree que la actividad se recuperará cuando desaparezca el peligro del virus: “Debemos de estar convencidos de que cuando desaparezca el motivo que la provocó, la recuperación debe ser inminente y para que las cosas ocurran hay que pensar que van a ocurrir”. No obstante, cree que los aprendizajes serán “más sobre aspectos de la vida que de los negocios”, es decir, sobre vivir y “disfrutar cada instante”.