Las consecuencias derivadas de la COVID-19 todavía son incalculables y en lo que respecta al ámbito profesional, el liderazgo femenino podría haberse ralentizado. En este contexto de incertidumbre, la agencia de comunicación Trescom ha analizado este escenario desde el prisma de emprendedoras, directivas y jefas que ocupan altos cargos directivos en sectores tan diversos como […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 05 mar 2021
Las consecuencias derivadas de la COVID-19 todavía son incalculables y en lo que respecta al ámbito profesional, el liderazgo femenino podría haberse ralentizado. En este contexto de incertidumbre, la agencia de comunicación Trescom ha analizado este escenario desde el prisma de emprendedoras, directivas y jefas que ocupan altos cargos directivos en sectores tan diversos como el marketing, la comunicación y la consultoría, la sanidad y la biotecnología, las telecomunicaciones o la educación. La responsable del programa Yo, Jefa, Ana Vázquez, charla con DIRIGENTES sobre las conclusiones del estudio y el camino que todavía queda por recorrer.
En breves palabras, ¿cómo ha afectado la pandemia al liderazgo femenino?
La conclusión general que extraemos de nuestro estudio Liderazgo femenino y Covid-19: perspectivas postpandemia es que el acceso a puestos directivos por parte de las mujeres seguirá siendo un proceso lento y que el impacto del coronavirus no ayudará a acelerarlo. Es cierto que, durante 2020, se produjeron ciertos hechos que pueden invitar al optimismo, como que el porcentaje de mujeres que ocupan altos cargos de la Administración General del Estado ascendió ligeramente hasta un 43,5%, y en las empresas del Ibex 35, del 23,1 al 27,5%. Sin embargo, 2020 era el año también en que estas empresas cotizadas tenían que contar ya con un 30% de mujeres en sus Consejos de Administración, según les marcó la Comisión Nacional del Mercado de Valores y, como vemos, ni se han acercado a esta cifra, razón por la que la CNMV les ha tenido que dar dos años más de prórroga para conseguirlo.
La COVID-19 ha disparado la brecha de género entre las mujeres sin estudios y con profesiones precarizadas. ¿Podría hacer un balance de la evolución de la desigualdad en los entornos de liderazgo?
Aunque hay muchos y distintos grados de precarización desde el punto de vista laboral y profesional en función del género, edad y formación, los datos demuestran que la representación femenina es insuficiente en todos los niveles de toma de decisiones del mundo. Por ejemplo, en sólo 22 países hay Jefas de Estado o de Gobierno y 119 países nunca han sido presididos por mujeres. Según ONU Mujeres, esto significa que, al ritmo actual, la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará hasta dentro de 130 años.
La mitad de las encuestadas ha tenido que diversificar o reinventar su modelo negocio para encontrar nuevas oportunidades durante la pandemia. ¿Ha sido esta su manera de sortear la crisis?
Para un 50% de ellas sí. Se han adaptado a las nuevas circunstancias y han pasado a la acción, en un verdadero ejercicio de resiliencia, apostando por la diversificación de productos y/o servicios, lo cual, ha hecho incluso que en ocasiones su demanda haya incrementado. Por ejemplo, un 37% de ellas aseguraba que preveía un incremento de sus servicios y productos de hasta un 15%, una cifra nada desdeñable en el contexto actual. Hay otro 20%, no obstante, que declaraba que esta demanda había bajado.
Un importante porcentaje de las dirigentes de grandes empresas considera que uno de los aspectos positivos ha sido la transformación digital de los negocios. ¿Qué competencias no deben faltar en las líderes del futuro?
Los dos pilares básicos en los que las jefas de nuestro país se han apoyado para sortear la crisis han sido la digitalización y el teletrabajo. Y esto ha provocado, inevitablemente, una nueva cultura del trabajo en la que todo lo online ha cobrado mucha fuerza, lo que nos enfrenta a retos que exigen competencias y habilidades diferentes a las que hace un año se demandaban de forma mayoritaria. Las encuestadas valoran la capacidad estratégica y la toma de decisiones como habilidades clave en estos tiempos, ya que ellas ayudan a enfrentarse al nuevo contexto, no bajo la intuición o la improvisación, sino a través de una estrategia clara que permita analizar la situación con unos parámetros objetivos y medibles. También han señalado que les ha ayudado tener un enfoque dirigido a objetivos, contar con competencias digitales y practicar la empatía.
Tras esta crisis mundial sin precedentes, el estudio refleja discrepancias en relación a si la pandemia empeorará el acceso de las mujeres a cargos directivos.
En términos porcentuales, la diferencia no es muy extrema: un 39% de las jefas que han participado en este estudio cree que la pandemia sí afectará de forma directa al liderazgo femenino y un 51% dice que no especialmente. Es decir, que como el acceso de las mujeres a los cargos directivos ya de por sí es lento, no ven que esta nueva situación perjudique o ralentice más aún este camino hacia la igualdad en los puestos de mayor nivel y rango. España aún tiene camino por recorrer y la brecha salarial entre hombres y mujeres es, en la actualidad, del 23%. Aspectos como este no se cambian de un día para otro, exigen un conjunto de medidas de calado por parte de las Administraciones Públicas, así como una nueva cultura empresarial.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que tendrán que hacer frente las mujeres en 2021?
El reto más importante al que nos enfrentamos es al de no retroceder ni un ápice en todo lo avanzado hasta el momento. La historia nos ha demostrado que lo que tarda muchos años en conseguirse puede ser arrebatado en un solo día y, en este camino hacia la igualdad real, creo que cada uno de nosotros, mujeres y hombres, deberíamos seguir dando pasos, en nuestro pequeño o gran ámbito de actuación, hacia una sociedad mejor, más justa e igualitaria.