Antonio Huertas: “Un líder no se educa, se va modelando y aportando todos aquellos atributos que las organizaciones consideran relevantes”

Alcanzar el éxito no es fortuito. Llevar consigo los valores de una compañía de reputación mundial hasta lo más alto, sin olvidarse en ningún momento de sus raíces, tampoco. Antonio Huertas, presidente de la aseguradora española más grande del mundo, ha estado estrechamente ligado a MAPFRE desde los primeros pasos de su andadura profesional, acompañado en todo momento por unos valores que ha ido moldeando hasta elevar al grupo a lo más alto, siempre haciendo hincapié en la importancia del esfuerzo personal, la innovación y unos principios inquebrantables.

Llegó a la cima de MAPFRE en 2012 pero su relación con la compañía ha estado ligada desde los inicios de su carrera profesional. ¿Ha sido clave este proceso para convertirse en el líder y referente que hoy conocemos?

En mi caso sí porque me ha permitido conocer en profundidad prácticamente toda la actividad de MAPFRE, tanto dentro como fuera de España. Esta experiencia acumulada, y recibirla de una empresa de oportunidades como es MAPFRE donde el empleado comprometido puede ir construyendo su propio desarrollo profesional, sin duda ha sido esencial en mi evolución.

Pero hay también una importante aportación personal basada en un permanente esfuerzo innovador que me ha permitido ir mejorando mi aprendizaje y adquiriendo diversos atributos a lo largo de estas décadas. El esfuerzo, la constancia y la humildad son valores que nos deben acompañar siempre para crecer tanto en lo personal como en lo profesional.

Tener el honor de alcanzar la presidencia de MAPFRE es muy importante, pero en el fondo es un recorrido similar al que vienen haciendo otros miles de profesionales de la compañía para superarse e ir alcanzando retos y objetivos.

Como aseguradora, donde el elemento clave son las personas, ¿cómo afectó la pandemia a la compañía? ¿Qué aprendió de ello?

La pandemia nos dejó lecciones muy dolorosas, tanto en lo personal como en lo profesional, pero también nos ayudó a recordar el valor de las personas como centro de todo lo que hacemos. Frenar, aunque fuera de golpe, la espiral de velocidad en la que nos habíamos metido todos, especialmente en las grandes ciudades, y volver “a lo básico”, nos ha permitido tomar conciencia de lo verdaderamente importante y anteponer la condición humana como guía de todo lo que hacemos.

Desde el punto de vista de la empresa, reaccionamos rápido, lo que nos permitió tener un impacto muy bajo en términos de vidas en los 40 países, pero fue también una oportunidad para reforzar las relaciones con todos nuestros grupos de interés. Movilizamos más de 200 millones de euros en ayudar a otros que lo estaban pasando peor, dentro y fuera de España.

Fundación MAPFRE se preocupa de aspectos más sociales, ¿cuál es la principal apuesta del organismo?

La Fundación es el brazo extensor de MAPFRE para profundizar en lo social. Nos permite ir más allá en el compromiso social que desde siempre ha formado parte de la identidad de la compañía. Nosotros, en los años 60 ya recogíamos en las actas de la empresa que “además de la rentabilidad financiera, MAPFRE debía generar también una rentabilidad social”.

Fundación MAPFRE está presente en alrededor de 30 países, con actividad y cientos de proyectos que siempre tienen en común ofrecer oportunidades, en muchos casos segundas oportunidades, a los más vulnerables para evitar su exclusión. Adicionalmente, también desarrolla otras actividades relacionadas con la educación financiera, la prevención, la movilidad y desde este año, impulsando oportunidades en la España menos poblada gestionando 30 millones de euros como Organismo Intermedio del Fondo Social Europeo,

Siendo la educación la base de toda sociedad, ¿cómo aboga MAPFRE por ella?

En MAPFRE impulsamos la educación financiera y especialmente la aseguradora, porque el nivel de aseguramiento de un país indica también el nivel de desarrollo de su sociedad. Por ello trabajamos para que cada vez haya más personas que entiendan y se puedan beneficiar de las ventajas de contar con protección aseguradora frente a sus riesgos que, en muchos casos, es garantizar que pueden continuar con su vida y con su actividad a pesar de sufrir un gran siniestro. Desde Fundación MAPFRE la labor es más social, impulsando el acceso a la educación desde edades tempranas para la población de países menos desarrollados que, sin este tipo de ayudas, estaría limitando la capacidad de progreso de las generaciones siguientes.

Antonio Huertas, presidente de MAPFRE

¿Cómo se educa a un líder?

Un líder no se educa, se forma, se va modelando a base de reforzar los atributos naturales que conlleva el liderazgo y aportando todos aquellos que las organizaciones consideran relevantes. En nuestro caso, y aunque esto lo vamos revisando a medida que evoluciona el entorno, el líder MAPFRE tiene que tener seis atributos claros:

▶ Ser digital.

▶ Una cultura en valores, el líder tiene que ser un referente ético y honesto en sus relaciones con su entorno.

▶ Ser estratégico con una visión transformadora y mentalidad también en el largo plazo.

▶ Obviamente, tiene que ser transparente, la transparencia es uno de los pilares de la compañía en toda su actividad, forma parte del atributo más valioso de una aseguradora como es la confianza.

▶ El líder tiene que ser humilde para entender que necesita seguir aprendiendo.

▶ Y, por último, el líder tiene que tener conocimiento profundo de la actividad y del entorno en la que la desempeñamos.

Cuando se piensa en líderes, se visualiza a los primeros ejecutivos de una compañía, pero no es la única realidad. La realidad de MAPFRE es que todos estamos llamados a liderar en nuestra actividad y, actualmente, estamos trabajando en la formación de cerca de 5.000 profesionales de la compañía de los 40 países donde estamos para formarles como líderes del presente y líderes del futuro que puedan seguir empujando la compañía hacia la excelencia y el liderazgo.

MAPFRE está considerada la empresa del IBEX más comprometida con el talento sénior. ¿Cómo lucha la aseguradora contra el edadismo?

Desde MAPFRE, con políticas y estrategias claras que impiden que se generen desigualdades por cualquier tipo de discriminación. En el caso de los séniores, además, hemos lanzado el Proyecto Ageing que tiene como objetivo aprovechar al máximo todo el conocimiento sénior de la compañía, pero, al mismo tiempo, motivar y aumentar el valor de esos profesionales con una larga y valiosa experiencia y, por último, ayudarles a gestionar una transición progresiva hasta el momento de retiro.

Pensando en la sociedad, también hemos construido el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE que aporta información académica sobre la economía plateada para impulsar el debate y la transformación económica y social que se necesita para adaptarnos a ella.

Las pensiones conforman un papel fundamental en la compañía.

El ahorro-previsión es importante para todo el mundo, es gestionar el hoy pensando en garantizar el mañana, y eso, en gestionar el futuro, las aseguradoras somos el mejor compañero de viaje que cualquier persona puede encontrar. Somos un país que, históricamente, hemos ahorrado poco y de una manera poco eficiente, arriesgando todo al ladrillo. Hay muchas personas que llegan a la jubilación básicamente con una pensión pública, generalmente no muy alta, y una vivienda, en la que viven y que no pueden abandonar. Por eso estamos impulsando también soluciones como la hipoteca inversa que permite generar ingresos adicionales para esas personas sin tener que abandonar su vivienda.

¿Cómo se puede garantizar la sostenibilidad de las pensiones públicas para que no recaigan solo en el sistema público?

Entendiendo que hablar del futuro de las pensiones no es solo hablar de la pensión pública. Es confiar a más de una renta el esfuerzo que requiere vivir cuando se ha dejado de trabajar. Es decir, contar con una pensión pública, que debe ser todo lo generosa que un país se puede permitir en cada momento, una pensión privada, vinculada al empleo, pensión individual o ambas, y los ingresos que se puedan recibir de otros productos de ahorro o inversión.

¿Qué papel juegan las aseguradoras en este ámbito?

Las aseguradoras somos la única industria del sector financiero que realmente acompañamos a las personas en su jubilación como hace la pen- sión pública, es decir, de forma vitalicia. Adicionalmente, nuestra enorme capacidad financiera y el elevado nivel de solvencia, nos hace compañeros perfectos para generar el ahorro y la inversión de las personas pensando en 30, 40 o más años vista, que es lo que tienen por delante las personas que están entrando ahora en su etapa laboral.

El papel social que juega MAPFRE también aborda la sostenibilidad. ¿Cómo afronta la compañía este reto?

Con un enorme compromiso para seguir contribuyendo desde la compañía a avanzar hacia un mundo más social, justo, solidario y sostenible. Nosotros defendemos que haciendo cada uno #LaParteQueNosToca, que es el hashtag que utilizamos en nuestro Plan de Sostenibilidad, estaremos sumando esfuerzos suficientes para conseguirlo. Actuamos sobre las tres verticales ESG pero, sobre todo, sobre la “S” de social, ayudando a las personas especialmente a las más vulnerables y ayudando a acelerar el cierre de todo tipo de brechas de desigualdad en los 40 países donde estamos presentes.