Como un lazo de solidaridad que trata de abarcar a toda la sociedad, la Fundación la Caixa se propuso hace más de una década ofrecer una atención de calidad a las personas que se encuentran en situación de final de vida a través de la humanización de los cuidados en estados de cronicidad avanzada y […]
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| 19 may 2022
Como un lazo de solidaridad que trata de abarcar a toda la sociedad, la Fundación la Caixa se propuso hace más de una década ofrecer una atención de calidad a las personas que se encuentran en situación de final de vida a través de la humanización de los cuidados en estados de cronicidad avanzada y vulnerabilidad social. Con este objetivo, en 2008 nació el Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas que, desde su puesta en marcha, ha conseguido atender a más de 500.000 personas: 239.451 pacientes y 315.379 familiares.
En este escenario, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y el presidente de la Fundación la Caixa, Isidro Fainé, firmaron recientemente la ampliación de esta alianza mediante la cual se han incorporado a la iniciativa 14 nuevas provincias y la ciudad autónoma de Melilla, logrando alcanzar de esta forma todos los territorios españoles. Para su puesta en marcha, hasta ahora la entidad ha destinado a la iniciativa un presupuesto de 133 millones de euros y, a lo largo de este año, tiene previsto aportar otros 14,8 millones de euros.
Para ahondar más en este proyecto, desde la organización explican que el acuerdo firmado está enmarcado en la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud que, desde su creación, trabaja con la misión de complementar el modelo actual de atención a las personas que se encuentran al final de su vida con el fin de cubrir distintos aspectos psicosociales. Entre ellos destacan dos ámbitos. Por una parte, la esfera emocional, social y espiritual del paciente y su familia y, en segundo término, la atención al duelo y el apoyo a los profesionales de cuidados paliativos.
Así las cosas, con esta ampliación se han implementado dichos servicios en 135 centros sanitarios, 140 equipos domiciliarios y 137 residencias de toda España, gracias a 45 equipos de atención psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios. De hecho, dos de estos EAPS son equipos pediátricos especializados en la atención infantil.
Además, de forma paralela, la Fundación la Caixa también trabaja con el Programa Final de Vida y Soledad, con el que tratan de aliviar la experiencia de sufrimiento provocada por el aislamiento de algunas personas que se encuentran en situación de enfermedad avanzada. Para ello, trabajan mediante el acompañamiento de voluntarios, aunque de manera más extensiva tratan de implicar a toda la comunidad para que el conjunto de la sociedad se involucre en la atención de las personas más vulnerables, en especial de las que se encuentran en situación de final de vida y experimentan soledad.
Tal y como destaca Isidro Fainé, “la pandemia nos ha recordado la importancia de sentirnos arropados en tiempos difíciles, especialmente en casos de enfermedad”. Por este motivo, el dirigente subraya que su intención es reafirmar su voluntad de “acompañar en todas las provincias a las personas que se encuentran en la fase final de su vida, así como a sus familiares, mediante una red de cuidados”. En este sentido, las evaluaciones cualitativas realizadas de la mano del director científico del programa, Xavier Gómez Batiste, concluyen que la atención integral que se ofrece mejora las dimensiones psicológica, social y espiritual del paciente. Una prueba de ello es que el 92% de las personas atendidas califica de excelente o de muy buena la atención recibida.
Unido a este punto, a raíz de la emergencia sanitaria y el contexto de tensión emocional en el que estaba inmerso la sociedad, la Fundación la Caixa decidió intensificar el programa mediante el impulso de tres ámbitos dirigidos a los pacientes y los profesionales. En relación con los primeros, puso los equipos de atención psicosocial a disposición de otras unidades y servicios sanitarios con pacientes afectados por el coronavirus, tales como UCIs e urgencias, ampliando así su intervención.
Y, respecto a los segundos, por una parte, lanzó un servicio de acompañamiento psicológico a trabajadores del ámbito sanitario y social, en colaboración con la Fundación Galatea y el Ministerio de Sanidad. Y, de igual modo, también les aportó herramientas de autocuidado para la gestión emocional y materiales para su distribución entre las familias que estaban atravesando un duelo. Además, desde 2021 el programa también presta especial atención a la formación de los profesionales con el fin de mejorar la atención que prestan a las personas.