Último día de la tercera edición de la Barcelona New Economy Week (BNEW), organizada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB). A lo largo de tres jornadas se han podido escuchar decenas de mesas redondas y conferencias sobre los temas más candentes y punteros que afectan a la economía mundial. La sostenibilidad […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 06 oct 2022
Último día de la tercera edición de la Barcelona New Economy Week (BNEW), organizada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB). A lo largo de tres jornadas se han podido escuchar decenas de mesas redondas y conferencias sobre los temas más candentes y punteros que afectan a la economía mundial. La sostenibilidad ha sido uno de los pilares de la BNEW, y en el último día del encuentro empresarios y expertos han debatido sobre las perspectivas de la energía verde.
El moderador del evento fue Leo Quesada, un buen conocedor del asunto: consultor en construcción sostenible, energías renovables, automoción y smart cities. “Nos hemos dado cuenta de que estamos en una crisis energética”, arrancó su introducción, “sabemos que debemos seguir creciendo, pero de manera consciente”. Su primera pregunta fue dirigida a Montserrat Grima, directora de Yokogawa Ibérica: “¿Qué hace tu empresa para generar ese cambio que necesitamos?”.
Grima explicó que la suya es una “empresa japonesa presente en todo el mundo dedicada a crear tecnologías de medición y sistemas de control”. Sus principales clientes son empresas del sector oil and gas, y los productos de Yokogawa les ayudan a “innovar y hacer esa transición hacia las energías verdes”.
La misma pregunta dirigida a Julio Alfredo Botto, CEO de IMHOIT. En su caso, el modelo de negocio se basa en una serie de desarrollos tecnológicos basados en un “triple impacto, en el aspecto social, ambiental y empresarial. Es una ecuación que debe balancearse para recibir un impacto positivo de nuestras soluciones”.
Llega el turno de David Comellas, CEO de Alternative Energy Innovations, quien explicó que su empresa nació “con vocación de sostenibilidad, y con la intención de ayudar a la gran industria a ser sostenible con ayuda de la digitalización”. Al igual que Yokogawa, sus acciones se centran sobre todo en empresas industriales, de uso intensivo de energía: refinerías, cementeras, sector del acero…
El moderador quiso saber cómo sería posible “cambiar el paradigma hacia un modelo económico sostenible”. Botto recordó que estamos “en una crisis de civilización, y que es más que un cambio de paradigma lo que necesitamos”. Lo que, bajo su punto de vista, puede aportar la tecnología es “reducir tiempo y ahorrar recursos”. Por ejemplo, permitiendo hacer prospecciones de yacimientos mineros con imágenes desde el espacio, sin necesidad de excavar en la zona.
Llegó el momento de hablar de fuentes de energía sostenible. “España sigue dependiendo en un 30% de combustibles fósiles”, recordó Quesada, “¿qué errores se han cometido para que esto sea así?, ¿hacia dónde nos dirigimos en el futuro?”. Tomó la palabra Grima, para quien “España no está tan mal, aunque podríamos estar mejor. Hace dos semanas la Eurocámara decretó que en 2030 se tendría que llegar a un 45% de uso de renovables, y aquí ya estamos en ese porcentaje”.
Pero hay que ir más allá de analizar las fuentes de energía y avanzar en otros aspectos. “Lo más importante es el desarrollo del autoconsumo”, prosiguió Grima, “generar la energía lo más cerca posible del lugar donde se tiene que consumir. Ya hay muchos polígonos y edificios con placas solares”. Esto, a su vez, conlleva nuevos retos tecnológicos: “Y el primero es el del almacenamiento. Se están desarrollando plantas de hidrógeno que permiten una forma de almacenar. De ese modo, tendremos un sistema mucho más eficiente, con menos pérdida en el transporte de energía al estar el consumidor más cerca”.
En todo esto juega un papel fundamental la digitalización, pues “permite controlar grandes sistemas, hacer un predictivo de los consumos que vamos a tener y ver dónde se puede extraer esa energía en cada momento para que sea lo más verde y eficiente posible”.
El moderador planteó una nueva pregunta a los ponentes: ¿qué hace falta para que las grandes empresas hagan esa transición? Tomó la palabra Comellas, para quien la industria “se mueve entre dos parámetros, que son el castigo y el incentivo. Hay que buscar un equilibrio entre ambas, entre una legislación más restrictivas y una inversión en eficiencia energética y digitalización que permita que se implanten cambios eficientes”.
No obstante, reconoció Comellas que ha detectado en la gran industria “un cambio de actitud y un interés real por estas cuestiones”. Esto, con ayuda de sistemas digitales, está haciendo que se implanten medidores capaces de detectar las ineficiencias del sistema, y ahorrar así energía. Aunque el camino hacia una total descarbonización es todavía largo, hay esperanza en poder completarlo paso a paso.