China, el nuevo Valle del Silicio

Hablar de China como una de las principales potencias económicas del mundo, con una magnitud comparable a la de EEUU, ha dejado de resultar sorprendente. Desde finales del pasado siglo, su economía acumula año a año un crecimiento imparable, que supera los dobles dígitos.

Sin embargo, este crecimiento interanual ha comenzado a moderarse, señal de que la construcción de infraestructuras y el despegue industrial del país ya está asentado. Por ello, el alza en el PIB de China comienza a equiparse a los de otras economías, a pesar de que todavía muestran avances interanuales inalcanzables para los países occidentales y que tiende a acercarse al de EEUU en términos brutos.

De este modo, el gigante asiático ha iniciado una nueva vía de crecimiento económico, centrada en el fomento de la innovación tecnológica y empresarial. Para analizar las claves de este reposicionamiento estratégico, la consultora internacional SedeenChina ha definido cinco claves que definen el giro de timón de Pekín y que explican el éxito de su nueva hoja de ruta.

En primer lugar, la consultora destaca el alumbramiento de una nueva clase social. China presenta una gran brecha socioeconómica entre una minoría de inversores, dirigentes empresariales y multimillonarios y el común de la población, empleada mayoritariamente en fábricas y tareas agrícolas o ganaderas. Sin embargo, en el país ha surgido una pujante clase media que, según SedeenChina, representaba en 2012 a dos de cada tres habitantes.

El segundo factor del cambio, la educación, nos ayuda además a entender el advenimiento de esa nueva clase social. El incremento del gasto educativo, que Euromotir prevé que alcance los 133 millones de dólares en 2020, ha permitido un mayor y mejor acceso a la educación superior que se ha reflejado en el surgimiento de perfiles emprendedores y con vocación tecnológica.

La consultora considera que “se está produciendo un nuevo auge empresarial y tecnológico en China gracias al cual comienza a notarse un ansia en los jóvenes por fundar compañías de referencia tecnológica como Google o Facebook, y si a esto se une la inyección de capitales en el país, estamos ante el caldo de cultivo perfecto por la que China se ha convertido en la principal potencia en diseño e innovación”.

La tercera clave, según SedeenChina, es el crecimiento de la financiación, tanto pública como privada. Así, destacan que el Gobierno chino ha puesto en marcha un fondo con más de 5.000 millones de euros que irán destinados a fomentar la creación de nuevas empresas, mientras que los fondos de capital riesgo han invertido más de 14.000 millones de euros en empresas nuevas.

Como cuarto motivo del reposicionamiento innovador de China, la consultora destaca la especialización de sus empresas en el sector tecnológico y el apoyo estatal a estas actividades. Por ello, menciona la creación de hasta 120 zonas geográficas especializadas en alta tecnología, donde se fomenta la implantación de empresas innovadoras y la llegada de inversiones extranjeras en ciencia y tecnología, de las que China acapara el 20% del total mundial, frente al 27% del líder, EEUU.

Como quinto y último factor del despegue empresarial chino está la creación de un mercado interno plenamente desarrollado, al que muchas empresas, tanto locales como foráneas, proveen de productos originalmente procedentes de Occidente, pero adaptados a las necesidades y gustos de su mercado.

SedeenChina prevé que estos factores eleven la competitividad de las empresas chinas y redoblen la presión sobre las occidentales. “China está viviendo una nueva ola tecnológica que no sólo tiene que ver con la electrónica, cuya producción está representando en la actualidad el 27% de la producción mundial. De hecho, vemos como el gigante asiático cuenta con una sólida e innovadora industria que se está desarrollando hasta el punto de hacer temblar a las grandes compañías occidentales”, señalan.

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