Durante la crisis, una de las principales críticas contra el sector financiero se dirigía hacia sus políticas de concesión de crédito. Así, varios economistas criticaban que se hubiesen concedido préstamos sin ninguna garantía de cobro durante los años de bonanza, para después restringir al máximo las condiciones de acceso a financiación. Esto ha significado un […]
NacionalDirigentes Digital
| 27 ago 2018
Durante la crisis, una de las principales críticas contra el sector financiero se dirigía hacia sus políticas de concesión de crédito. Así, varios economistas criticaban que se hubiesen concedido préstamos sin ninguna garantía de cobro durante los años de bonanza, para después restringir al máximo las condiciones de acceso a financiación.
Esto ha significado un freno importante tanto para las empresas, pequeñas y grandes, como para los hogares y ha generado consecuencias que se han dejado notar en el consumo, el sector hipotecario, el mercado laboral y la inversión. Sin embargo, la recuperación paulatina de algunos de esos indicadores, sumada a la reducción de la morosidad, está llevando a las entidades a relajar sus estrictas políticas de préstamo, lo que está a su vez reactivando la economía real.
En el caso de aquellos que estén pensando en afrontar un desembolso de grandes proporciones, como la compra de una vivienda o un vehículo o una inversión empresarial, el tercer trimestre de este año puede ser el adecuado para solicitar un crédito para sufragarlo. Así lo afirma la Encuesta sobre Préstamos Bancarios elaborada por el Banco de España para este trimestre, en el que prevé que las condiciones para la concesión continúen suavizándose.
De hecho, el informe de la institución constata que los criterios de aprobación de préstamos bancarios y las condiciones generales aplicadas a los créditos se relajaron ligeramente durante el segundo trimestre del año, tanto en España como en la zona euro. Sin embargo, es en España donde las condiciones de acceso a financiación se relajaron con mayor intensidad, especialmente en el caso de la financiación a las familias para consumo y otros fines y en el de los préstamos a empresas.
La encuesta del Banco de España destaca que la demanda de crédito de los hogares creció en ambas zonas entre abril y junio, siendo el ascenso significativamente más intenso en España en el caso de los fondos destinados a consumo y otros fines distintos de la adquisición de vivienda, mientras que las solicitudes de crédito de las empresas solo se incrementó en la eurozona, permaneciendo estable en España.
De cara al tercer trimestre, las entidades crediticias españolas auguran que sus criterios de concesión de créditos continuarán relajándose ligeramente en todas las modalidades y que la demanda de crédito aumentará entre julio y septiembre de forma generalizada. En los mercados de financiación minoristas y mayoristas, las perspectivas de las entidades para el tercer trimestre apuntan a una ligera mejoría de las condiciones de acceso en los mercados de valores de renta fija, en los de titulización y en la capacidad para transferir riesgo fuera de balance, y de una estabilidad en el resto de los mercados.
El organismo monetario ha identificado además los factores que están favoreciendo el cambio de condiciones para conceder créditos, atribuyéndolos casi exclusivamente a la mejora de la situación de las entidades. Así, el Banco de España destaca la mejora de la situación de liquidez de los bancos, la menor percepción de riesgos y la mayor tolerancia a las fluctuaciones, que compensaron parcialmente los mayores costes relacionados con el nivel de capital.
Sin embargo, desde las entidades, tanto españolas como de la Eurozona, se señala un diagnóstico diferente, destacando la influencia de la búsqueda de rentabilidad y la presión de la competencia como motivación para relajar sus condiciones crediticias en los últimos seis meses. Además, el informe añade otras variables, como el efecto de las medidas regulatorias y supervisoras en el aumento de los niveles de capital de las entidades españolas y de la zona euro.
Respecto a la morosidad, las entidades crediticias han desestimado su influencia en los criterios de concesión de préstamos y a las condiciones durante el primer semestre del año o en los venideros, a pesar de haber provocado un ligero endurecimiento en los criterios y en las condiciones aplicadas a los créditos en algunos segmentos entre 2014 y 2017, debido a los mayores costes de capital y de las operaciones de saneamiento de balance, así como por el aumento de los requerimientos regulatorios.