En un año que los expertos en moda califican como de “transición”, las perspectivas de los agentes del sector son positivas, pero se tiñen de cautela. Si en 2017 nueve de cada diez empresas apreciaban síntomas de recuperación en el consumo, en lo que va de año, esta cifra se ha reducido en dos puntos […]
NacionalDirigentes Digital
| 27 sep 2018
En un año que los expertos en moda califican como de “transición”, las perspectivas de los agentes del sector son positivas, pero se tiñen de cautela. Si en 2017 nueve de cada diez empresas apreciaban síntomas de recuperación en el consumo, en lo que va de año, esta cifra se ha reducido en dos puntos porcentuales, hasta el 68%. De hecho, la cantidad restante (32%) afirma rotundamente no detectar ninguna evidencia de recuperación, frente al 10% del año precedente.
Unos datos que van en línea con lo que esperan de este 2018. A pesar de ser mayor la cantidad de empresas de moda que consideran que sus cuentas mejorarán durante este ejercicio, dentro de ese optimismo, los encuestados se muestran más prudentes. Así, mientras que un 21% cree que el desempeño de su actividad mejorará sustancialmente, un 63% dice que lo hará de manera moderada. Y apenas un 8% arroja que se mantendrá estable.
Eso es lo que se desprende del Barómetro de empresas de moda en España, realizado por vente-privee Group y Moda.es que cumple ocho años. “El sector se encuentra frente a uno de los momentos más retadores de su historia”, señala el director general de vente-privee y Privalia en España, Alberto Serrano.
La transformación tecnológica, la caída de los márgenes o las “cambiantes” tendencias del consumidor son los retos que debe encarar esta industria de cara a los próximos años, al tiempo que define un modelo de negocio sostenible en el largo plazo. Una premisa esta última donde parece haber disminuido el grado de relevancia. La encuesta realizada a 300 empresas dedicadas al mundo de la moda durante el segundo trimestre del año, arroja que solamente el 36% de los entrevistados reconoce dar importancia a los criterios de sostenibilidad, en comparación con el 50% que situaba este cometido entre sus prioridades en 2017 y el 56% que lo hacía en 2016.
No ocurre así cuando se analiza el ratio de compañías que otorgan a este factor una importancia media, pasando del 38% al 52% en tan solo un año. Entre los motivos que conducen a las compañías a preocuparse por este aspecto, se encuentran el mantener una determinada reputación o imagen (35%), por exigencias del consumidor (25%), por seguridad en el suministro (21%) o sencillamente por los precios, escasez de recursos o atraer nuevos clientes (4%).
El ahorro de energía, la contribución al reciclaje, así como un mayor control de los residuos son las principales acciones que llevan a cabo las corporaciones. En menor medida, también destacan la implantación de nuevas fibras en los materiales que se utilizan en la fabricación de prendas o la economía circular.
De manera paralela, en plena digitalización de la industria de la moda, la mayoría ven en el comercio electrónico una apuesta segura a futuro. Por primera vez en ocho años el 32% se muestran convencidos de que el canal online será el más importante para este mercado a medio y largo plazo. La omnicanalidad se ha convertido en una exigencia del consumidor que obliga a las empresas a adaptar sus procesos y estructuras a una transformación que acaba de comenzar”, reza el informe.
En este contexto, un 86% de los operadores asegura haber iniciado un plan para adaptar sus procesos a la onmicanalidad y un minúsculo 3% manifiesta haber terminado su proceso de adaptación. “El negocio de la moda ya ha demostrado su talento para transformarse y aclimatarse a las circunstancias cambiantes y los nuevos escenarios que se han ido dando a lo largo de los años”, expresa Serrano.
En este sentido, la normalización del e-commerce en la vida cotidiana de los consumidores y el aumento de su importancia en las cuentas ha obligado a las compañías a reestructurar sus equipos y reforzar el área digital. Hasta la fecha, las opciones pasaban por consolidar un nuevo departamento o bien por integrar todos los canales en uno solo. Sin embargo, parece que las compañías han cambiado de estrategia y, cada vez más, es mayor el porcentaje que cuenta con director de comercio electrónico.
Otro de los aspectos que destaca el informe es la evolución de la plantilla en la industria de la moda. A tenor de los resultados de esta edición, se aprecia una creciente polarización entre aquellas que mantienen el crecimiento y las que retroceden y reducen plantilla. Por el momento, seis de cada diez tiene pensado la incorporación de nuevos profesionales a su plantilla a lo largo del año. El pasado año lo hicieron el 62%, la cifra más elevada que ha registrado el sector tras la crisis económica.
La expansión del negocio a otros países sigue estando entre los planes de una gran parte de las empresas españolas de moda, hasta el punto de constituir una parte “imprescindible” para dichas compañías y que supusieron un gran apoyo durante los años más acusados de la crisis económica. En esta ocasión, el peso de las exportaciones sobre la facturación se ha reducido en un 1%, impulsado por la recuperación de las ventas en el territorio nacional. Con todo ello, el 46% de las empresas encuestadas está planeando la entrada a un nuevo país, casi 30 puntos porcentuales menos que en los años álgidos de la recesión, cuando esta cifra alcanzaba el 71%.