La previsión de crecimiento de la economía eslovaca en 2019 se encuentra alrededor del 2,5%. Pese al aumento de los desafíos políticos, los factores que logran impulsar su economía son la continua demanda, el incremento de las inversiones así como un buen ritmo en las exportaciones a la Eurozona. Así lo afirman los últimos datos […]
NacionalDirigentes Digital
| 31 oct 2018
La previsión de crecimiento de la economía eslovaca en 2019 se encuentra alrededor del 2,5%. Pese al aumento de los desafíos políticos, los factores que logran impulsar su economía son la continua demanda, el incremento de las inversiones así como un buen ritmo en las exportaciones a la Eurozona. Así lo afirman los últimos datos que ha dado a conocer el informe de Crédito y Caución.
Unos de los principales motores de la evolución económica de Eslovaquia son el consumo privado, las subidas de salarios y el aumento del empleo. Por su parte, el desempleo ha disminuido desde el 11,5% en el año 2015 hasta el 7,0% en este 2018, aunque se prevé un ligero alza hasta el 7,3% para el próximo año. La inflación se espera que en 2018 sea del 2,8% y para 2019 baje hasta el 2,2%, lo que ayudará a que los sueldos continúen subiendo.
Las inversiones extranjeras han incrementado la productividad que pasará del 2,9% en 2017, al 4,3% en 2018 y al 4,4% en 2019 así como un aumento en las exportaciones del 4,1% en 2018 al 4,6% en 2019. Ambos indicadores mejoran principalmente por las “perspectivas favorables” del sector de la automoción y la demanda de Alemania. En el caso del sector bancario, bien capitalizado y con una fuerte liquidez, ha reducido su tasa de morosidad desde 2014, lo que repercute en una reducción del shock negativo por el alto crecimiento actual del crédito interno que aumenta más rápido que el PIB nominal desde 2015. Las finanzas del gobierno son estables y presentan un déficit presupuestario que se mantiene por debajo del 3% del PIB desde el año 2013.
Por otro lado, la alta dependencia de la economía eslovaca de las exportaciones industriales, especialmente del sector del automóvil, Alemania en particular, plantea un potencial riesgo y le hace vulnerable a una desaceleración de la zona euro y al desarrollo adverso de la industria automotriz. Otros aspectos son la escasez de mano de obra y una demografía desfavorable (una población en edad de trabajar en disminución) que perjudica las perspectivas de crecimiento de Eslovaquia a medio y largo plazo.