El mundo se ha transformado con cada cambio tecnológico. Y cada vez lo hace más rápido, puesto que los avances se superponen unos sobre otros. En el caso de la Cuarta Revolución Industrial, “tan solo nos encontramos al principio”, por lo que los desafíos se multiplican, como afirma Klaus Schwab, el fundador y presidente del […]
NacionalDirigentes Digital
| 05 nov 2018
El mundo se ha transformado con cada cambio tecnológico. Y cada vez lo hace más rápido, puesto que los avances se superponen unos sobre otros. En el caso de la Cuarta Revolución Industrial, “tan solo nos encontramos al principio”, por lo que los desafíos se multiplican, como afirma Klaus Schwab, el fundador y presidente del Foro Económico Mundial (WEF en sus siglas en inglés).
Es por ello que estos retos generan preocupación y a la vez interés, porque no se sabe adonde pueden llegar todos los cambios. Así se constata con el último anuncio del WEF de que el próximo Foro que se celebrará en enero tendrá por nombre “Globalización 4.0: Configuración de una arquitectura global en la era de la Cuarta Revolución Industrial”.
Esta reunión pretende que los 3.000 líderes políticos y empresariales convocados saquen conclusiones acerca de las ventajas y los inconvenientes que trae implícitos una nueva oleada de la globalización. En particular, el WEF identifica cuatro sectores en los que las transformaciones están siendo más profundas.
Por una parte, el liderazgo económico global, que ya no es multilateral, sino plurilateral, según la entidad internacional. Algo similar ocurre con el poder, que ya no tiene una “orientación unipolar”, sino una “multipolar”. Además, aparece la preocupación por los desafíos ecológicos y el cambio climático, considerados como “una amenaza para el desarrollo socioeconómico”. El cuarto ámbito de discusión es el de la introducción de tecnologías, que se están introduciendo con una velocidad y un tamaño nunca vistos.
En ese sentido, el WEF apunta que el mundo puede verse beneficiado por los cambios de la Globalización 4.0 en la medida en que gobiernos, organismos internacionales y empresas se adapten a un “nuevo contexto económico político, medioambiental y social”. Aun así, el fundador de la organización cree que “carecemos de la preparación necesaria para hacer frente a la magnitud del cambio que se avecina”.
Desde su punto de vista, uno de los problemas para adaptar la sociedad a los cambios es que aún se abordan “con una mentalidad obsoleta”. Eso implica la necesidad de rediseñar los procesos e instituciones actuales para “beneficiarnos de la abundancia de nuevas oportunidades que nos esperan, evitando al mismo tiempo el tipo de alteraciones que estamos presenciando hoy en día”, explica el dirigente.